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Está ubicada estratégicamente al lado del centro de salud y de la escuela San Felipe para las actividades caritativas de la fundación. La misma ya fue acondicionada gracias a aportes de amigos y benefactores.
Este nuevo desafío permite ampliar los servicios educativos, ofreciendo a jóvenes y adultos talleres de formación y capacitación, promoviendo la educación como herramienta fundamental del desarrollo personal y comunitario.
Históricamente, la formación teresiana impregnó en las alumnas el espíritu de servicio, la solidaridad y el compromiso con sectores menos favorecidos de la sociedad. Desde las primeras promociones, ex alumnas teresianas han aunado recursos y esfuerzos, apoyando las obras sociales cercanas al Colegio Teresiano de Asunción, escuelas teresianas del interior del país y otras comunidades carenciadas.
Así nace, en el año 1997, la Fundación Teresiana como organización sin fines de lucro creada por ex alumnas teresianas, inspirada en el mandato de Santa Teresa de Jesús: "Obras quiere el Señor".
Desde su creación, su misión fue la de mejorar la calidad de vida y contribuir al desarrollo integral de las personas de escasos recursos, en especial niños y adolescentes, sus familias y comunidades respectivas, desarrollando actividades en el área de la niñez y la adolescencia enmarcadas en el ámbito educativo, fieles a las enseñanzas de nuestro padre fundador, San Enrique de Ossó: "Educar es la mejor manera de amar".
Inicia sus actividades en una casa ubicada sobre la Avda. Artigas, donde se brinda atención a 20 niñas en situación de calle, brindando los servicios básicos de higiene, nutrición y apoyo escolar. La población fue creciendo rápidamente, así como los servicios, lo que obligó a ir mudándose a otros locales dentro de la misma zona urbana.
Felizmente, ahora cuentan con un local propio: la casa taller Doña Nila, gracias precisamente a un alma caritativa, coincidiendo con los preceptos de la Fundación Teresiana.