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Al término de la misa, el padre Gustavo Acosta, vicario parroquial, volvió al recinto y se percató del hecho y comunicó lo sucedido al subcomisario Juan Monges de la Comisaría 37 Valle Pucu, quien junto a otros agentes acudieron hasta la casa parroquial.
Fueron sustraídos del dormitorio de los sacerdotes, tres frascos nuevos de perfumes y dos pares de calzados del cura párroco Gustavo Palacios y del sacerdote Gustavo Acosta. Este último, alertó al padre Palacios de lo acontecido vía celular, ya que el mismo se encontraba en otra localidad en ese momento.
También fueron robados un lote de joyas pertenecientes a la Virgen de la Merced que habían sido donados por los feligreses del barrio, por un valor aproximado de G 1.000.000.
Hasta el momento desconocen a los autores del hurto, sin embargo, las investigaciones continúan a cargo de los agentes policiales. Según manifestaciones de los intervinientes, no es la primera vez que la iglesia de la localidad atraviesa por este tipo de situaciones.