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“Para que el voto de los ciudadanos sea noble, verdadero y justo, los candidatos, partidos y movimientos deberán demostrar que asumen algunos principios que consideramos importantes”, detalla el mensaje emitido por los obispos.
Entre estos principios resaltan el del bien común, donde se exhorta a apoyar a aquellos candidatos que impulsen políticas que otorguen recursos para una especial atención de los indígenas, campesinos y pobladores de asentamientos urbanos, y además que demuestren una “firme postura para la defensa del medio ambiente ante su evidente y creciente deterioro”.
“Demos el voto inteligente a los programas realizables, a los partidos que prometen y cumplen; hagámoslo con la conciencia sincera y honesta para lograr las condiciones de vida más justas y más humanas que todos esperamos”, concluye el mensaje.
Los candidatos deben también “promover el combate a la corrupción” y “una política impositiva que haga efectivo el impuesto a la renta personal”.
“Es urgente consensuar y promover una política de desarrollo rural para las familias campesinas y pueblos indígenas, para producir no solamente cultivos de subsistencia sino también una variedad de cultivos que generen renta y la sostenibilidad”, detalla el mensaje.
Aseguran también que la agricultura familiar requiere de “asistencia técnica, crediticia y permanente, infraestructura adecuada y seguros agrícolas ante las inclemencias del tiempo”, para concluir que “una reforma agraria integral es impostergable”.
El segundo principio a tener en cuenta es el de la vida y la familia. Según los obispos, los ciudadanos deben exigir un compromiso “con la defensa de toda vida humana en todas sus etapas, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural”.
Finalmente, destaca el principio de la libertad, insistiendo en cuanto a que los candidatos deben mostrar “tolerancia de las diversas tendencias y respeto a las legítimas diferencias”, así como “el respeto y la promoción de las familias y de los padres como primeros educadores y legítimos transmisores de la tradición religiosa y cultural de su comunidad”.
“Estamos aún en transición desde una democracia electoralista, pero en camino hacia la participación democrática plena. Esto refuerza la importancia de cada voto para consolidar el proceso político basado en la soberanía del pueblo y en el estado de derecho”, resalta el mensaje.
Los obispos expresaron también que “las ambigüedades de las campañas, la maquinaria partidaria, el vicio de la compra-venta del voto, no deberían empañar ni deslegitimar la voluntad sagrada expresada en las urnas.