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El pasado martes 3 de enero no fue un día normal para Darío. Como todas las jornadas, salió a trabajar con su carro de panchos en las calles de Ciudad del Este. Tenía en su mente que debía juntar el dinero para comprar una bicicleta a su hijo para el Día de Reyes, para lo cual faltaban sólo tres días.
Lo que nunca imaginó es que en plena calle encontraría la suma de G. 23 millones. Pero no los guardó para él, sino que los devolvió al dueño. “Me trataron de výro, tonto, (me dijeron) 'estás mal de la cabeza'. Les dije que cuando encontrás un dinero y si no lo ganaste y si alguien lo reclama, hay que devolver”, indicó el humilde panchero al ser abordado sobre sus motivos para realizar semejante acto de honestidad, en diálogo con ABC Cardinal.
El trabajador ambulante, quien comentó que también tiene un programa de radio los sábados y domingos en Minga Guazú, declaró ser “una persona común y corriente, con deudas impagables”. En este punto, aclaró que la persona a quien devolvió el dinero lo ayudó a saldar una deuda de G. 2.000.000 en recompensa por el gran gesto que tuvo, pues versiones iniciales referían que “fue un malagradecido” al no ofrecerle algún tipo de retribución. “Cuando me preguntó qué quería, lo primero que me vino a la mente fue la bicicleta, pero me aseguró que cuando cobrara su salario me compraría eso, porque me dijo que ese dinero no era de él, sino que de su jefe”. Sin embargo, la bicicleta llegó antes, pues personas que se enteraron de lo ocurrido ya le obsequiaron una y, según relató, tuvo muchos otros ofrecimientos.
Al ser abordado sobre su vida, indicó que es uno de los siete hijos que tuvo su padre, quien también dedicó su vida a vender panchos sobre la avenida Eusebio Ayala, en Asunción.
En otro momento,confesó que tras el episodio recibió muchas muestras de solidaridad y, sobre todo, contó satisfecho que sus ventas aumentaron, además del ofrecimiento de realizar más horas de radio por parte del dueño de la emisora.
Finalmente, dejó un mensaje para los políticos de turno, a quienes recomendó que “no se apoderen de lo que no es suyo, ya que no lo ganaron con su sacrificio”.