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Centenares de personas se hicieron presentes en la Iglesia Virgen del Rosario de Luque aún con la lluvia del martes, para despedir a doña Aida Regis de Martínez, quien dejó como expresa voluntad que aún en la muerte, se encienda una esperanza de vida para otros, por medio de la donación de órganos.
Un cordón humano compuesto de niños, familiares y amigos con flores en mano, recibió el féretro de la mujer, honrando su memoria y en agradecimiento al acto de amor y entrega, mediante el cual, tanto Jenni como otras personas podrán mejorar su calidad de vida.
Entre los presentes estaban familiares de la pequeña que se encuentra resistiendo las horas más complejas tras el trasplante, ya con el corazón de doña Aida en su interior.
Hicieron entrega de flores a los familiares de la fallecida y conversaron sobre la evolución de la pequeña, reiterando el profundo agradecimiento en nombre de Jenni, comentó Estela Martínez, cuñada de doña Aida.
La muerte se llevó de manera sorpresiva a la mujer de 46 años, no obstante ella años atrás encontró la manera en que podría seguir viviendo, ayudando a otros quienes lo necesitan, inscribiéndose como donante de órganos al igual que toda su familia.
Hoy Aida descansa en paz y se mantiene unida a través de un lazo inquebrantable con Jennifer: un corazón humilde y noble que seguirá latiendo.