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De acuerdo a los médicos, el recientemente liberado por el EPP se encuentra en buen estado general; no hay gravedad ni riesgo en sus heridas. Las lesiones amplias son las picaduras de insectos propias de una persona que estuvo a la intemperie durante un espacio prolongado de tiempo.
Extrajeron algunas muestras del tejido alrededor de la lesión de la pierna que presenta, que -de acuerdo a las sospechas- podría tratarse de leishmaniasis, una enfermedad común en el campo, por la exposición a insectos. Fuera de esto, solo presenta mucho apetito.
Estiman que para el jueves tendrían los resultados y con base en eso se establecerá el tratamiento. Luego de esto se podrá conocer cuándo será dado de alta.
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Por su parte, el fiscal Joel Cazal sostuvo que aún muestra temor al recordar ciertos episodios y, por recomendación de los psicólogos, optaron por esperar a que se calme para seguir con las preguntas sobre su secuestro.
“Poco o nada está aportando. Le dejamos que se relaje un poco. Que se distienda. Que esté con su familia. No quiere saber nada de noticias, quiere relajarse. Esta con estrés. Lo único que dice es que tiene mucha hambre”, acotó.
Afirma que Hiebert solo manifiesta su deseo de ir a trabajar. “Lo único que quiere es ir a su campo, ya que se acerca la siguiente cosecha”, refirió.
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Sobre la alimentación, refirió que el menonita le comentó que a raíz de las incursiones militares no llegaban insumos al campamento donde estaba secuestrado, por ello lo alimentaban con lo que había, es decir carne de armadillo o ranas. También contó que escuchó voces femeninas.
Sobre su liberación, aún no comentó mucho, solo que ambos fueron preparados y les dijeron que iban a ser liberados; posteriormente, los dejaron ir y les dijeron que siguieran caminando sin mirar atrás.