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“Por la forma en que se está averiguando esto, es porque hay demasiada presión y ya tiene que cerrarse este caso” dijo Maidana en una entrevista concedida a La Tele (Canal 11) desde su lugar de reclusión, el penal del Buen Pastor.
La sospechosa, quien ya fue imputada por el crimen, criticó las pruebas que utilizan en su contra, como el mechón de cabello hallado en la escena. En ese sentido, mencionó que luego de que le examinaran en la sede de Investigación de Delitos, la forense sostuvo que “no tenía ningún rastro mi cuero cabelludo de ningún tipo de violencia”.
En cuanto a lo que sostiene la imputación, que ella en realidad no estuvo en el baño de la oficina aquella mañana en que ocurrió el homicidio, sostuvo que las pruebas indican lo contrario.
“Hay un detalle que olvidaron, la ropa que entregue a la fiscalía, que también dijeron que yo me cambie supuestamente de ropa, consta que, después de haber tenido hijo obviamente tengo mi periodo menstrual, por el susto tuve una hemorragia y esa ropa consta que tuve una hemorragia y en el residuo del baño está la toallita higiénica, la sangre se puede estudiar de cuantos días es, entonces es imposible que yo no haya estado en el baño”, relató.
También se refirió a la hora en que ingresó el supuesto asesino a la oficina; un testigo asegura que un desconocido fue visto entrando a las 8:30 de la mañana. “Mi defensora personalmente pidió el extracto de ese día de la desactivación de esa alarma (de la oficina); el código solamente lo tenemos yo y la señora (Doutreleau), y se corroboró que yo desactive esa alarma a las 8:55 de la mañana, quiere decir que jamás pudo haber entrado a las 8:30 alguien ahí, ni siquiera yo”.
Visiblemente afligida, Maidana pidió que “por favor escuchen siempre las dos versiones y que sean justos y que toda acusación tiene que ir acompañado de una prueba”.
La imputación presentada por la fiscalía posee indicios que apuntan directamente a Celia Maidana como autora intelectual del asesinado de la empresaria.