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El “Parque ecológico jesuita” es un sitio concebido para el relax y descanso en contacto con la naturaleza, explicó Claudio Balbuena, administrador del complejo.
Este atractivo que se suma a los muchos que tiene el distrito parte del concepto de ofrecer al visitante un sitio donde descansar, desconectarse de los problemas y relajarse. Es un lugar ideal para la meditación, donde además tiene la oportunidad de pasar momentos agradables en familia o con amigos, refirió.
El predio tiene unas 30 hectáreas, está ubicado sobre una suave colina que llega hasta el río Paraná, y tiene un cerro de aproximadamente 200 metros donde fue instalado un mirador, y una mano gigante construida de metal, que simboliza la “mano mística” de los jesuitas.
Le denominamos la “mano mística” porque es la mano que los misioneros jesuitas apoyaban sobre el corazón en sus momentos de oración, explicó Balbuena.
Asimismo, refirió que el nombre de parque ecológico jesuita que le dieron al complejo obedece a que este era un paso que utilizaban los jesuitas en su camino entre las reducciones de Santísima Trinidad, ubicada sobre la margen derecha del río, y la reducción San Ignacio Mini, sobre la margen izquierda (actual provincia de Misiones, Argentina).
Estas dos Reducciones están prácticamente una frente a otra, y en este punto el río Paraná era muy estrecho, por lo que usaban este camino para cruzar y llegar a la reducción vecina, refirió.
En el complejo fue instalada una jarra y un mate de tereré gigantes, para referenciar a una de las bebidas tradicionales que identifican al Paraguay. Sobre la orilla del río ya existe una playa, habilitada para bañarse, una cabaña, con seis camas, habilitada para alquilar a G. 100 por día por persona, y un sitio donde instalar carpas, parrillas para hacer asados y los baños.
Como complemento, explicó el administrador, los turistas pueden visitar una granja con un mini zoológico, ubicada a unos cinco kilómetros del lugar. Aquí se pueden observar algunos animales silvestres como el loro hablador, tienen una pareja de papagayos, un tucán, un mborevi o chancho salvaje, ñandúes, cabras, ovejas, ponis, venados, cisnes, entre otros.
El sitio está ubicado a unos 50 kilómetros al noreste de Encarnación. Para llegar, se debe tomar la ruta nacional VI, “Dr. Juan León Mallorquín”, y en el kilómetro 20 de esta vía empalmar con la calle D, rumbo al este, en el lugar conocido como “Lopoja”.
Este camino (asfaltado) conduce hasta el centro de la compañía “Villa Alborada”. Desde aquí quedan escasos cinco kilómetros para llegar al complejo, siguiendo el camino que lleva al sitio turístico conocido como “Indio Dormido”.