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Los hurreros celebraban el cumpleaños número 61 de Horacio Cartes con gritos, risotadas y aplausos. De fondo se escuchaba un clamoreo nervioso. Era Efraín, el guamacayo azul enjaulado en la residencia presidencial. Los videos no lo mostraron, pero su voz, como un lamento, conmovió a los amantes de las aves, que quieren verlas libres, en su hábitat natural.
Más allá de la “broma” del presidente de la República, Horacio Cartes, esta es una oportunidad para abordar un delicado problema: el guacamayo, no solo el azul sino en sus otras variedades, es un hermoso animal en peligro de extinción a nivel nacional y mundial.
Guyra Paraguay, organización que defiende y protege la diversidad biológica del país, “no apoya la tenencia de ningún animal en cautiverio y condena la tenencia de aves en peligro de extinción”.
A nivel global está considerado en el grado de amenaza: Vulnerable por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y, a nivel nacional en la máxima categoría de amenaza: Crítico, por la Seam.
Tatiana Galluppi, Viviana Rojas, Belén Achón, Hugo Cabral y Hugo Del Castillo, de la organización ambiental Guyra Paraguay, han expuesto esta problemática. Los datos técnicos y su situación actual fueron elaborados por los integrantes de esta organización que trabaja a favor del medio ambiente.
El Gua'a hovy, Guacamayo azul o Papagayo jacinto, de nombre científico Anodorhynchus hyacinthinus, es un ave muy codiciada como mascota, por su porte llamativos colores y los vínculos que pueden crearse con una persona. Eso le ha costado su extracción del hábitat para ser traficada alrededor del mundo. No hay ningún estudio poblacional en Paraguay, pero quedan tan pocas en su hábitat natural “que es muy posible que haya más gua'a hovy en las jaulas de Asunción que en el monte”.
Su hábitat natural son los campos cerrados del norte del territorio nacional, que también sufre el cambio de utilización de su suelo, principalmente la deforestación para la implantación de pasturas que servirán de alimentos en la ganadería.
Las aves de los bosques, cumplen un rol fundamental en la dispersión de semillas, que a su vez componen las especies de árboles y arbustos de nuestros bosques. Por este motivo las aves podrían ser claves para la integridad y el funcionamiento de los ecosistemas.
“Guyra Paraguay no apoya la tenencia de ningún animal en cautiverio y condena la tenencia de aves en peligro de extinción. Una forma de paliar el daño ya hecho a la población de la especie serían tener programas de ayuda a la reproducción con jaulas nido y reintroducción en áreas naturales protegidas públicas o privadas”, expresan los ornitólogos y ornitófilos.
Psittacidae o Psitácidos es el nombre genérico de la familia de los loros, cotorras y papagayos, principales víctimas del tráfico ilegal en nuestro país. Sin embargo, los ornitólogos aseguran que las consecuencias del tráfico de fauna silvestre no son muy visibles para los dueños de las mascotas. Pensamos que estamos ayudando a los animales al comprarlos, pero no es así.
En la mayoría de los casos, las aves han sido extraídas de su hábitat natural: extirpadas de sus nidos y puestas en condiciones de hacinamiento que muchas veces termina con la muerte de los animales.
“Los ejemplares son metidos en pequeños tubos de plástico o en cajas con pequeños huecos, a lo que se le suma la mala alimentación e incontables maltratos hasta llegar a la venta. Aunque no lo veamos, esto trae consigo una disminución en la población natural, sumada a la presión constante de la pérdida de hábitat por deforestación”, detallan.
Al adquirirlos como mascotas, se promueve de manera indirecta el tráfico de especies silvestres. De esta manera, especies icónicas como el guacamayo azul, el rojo y las diferentes especies de loros dejarán por siempre de volar libres.
Un caso famoso en un país vecino es el de Cyanopsitta spixii (Guacamayo de Spix), el protagonista de la película Río. Los últimos tres ejemplares libres fueron capturados para mascotas a finales de los años 80 y desde entonces solo se conocen individuos en cautiverio, eliminando completamente de los cielos a un ave.
En Paraguay, no existen zoo-criaderos de donde se puedan obtener legalmente loros o guacamayos, por lo que es altamente probable que cada mascota sea el resultado del tráfico ilegal.
La tenencia de especies silvestres está regulada por la Secretaría del Ambiente (Seam) en la Ley 96/92, en sus artículos 37, 38, 49, 50, 52 y 53 habla sobre las restricciones y permisos necesarios para la comercialización y/o tenencia de especies silvestres. Por lo tanto, la tenencia y comercialización de animales silvestres queda prohibida, salvo expresa autorización de la Secretaría del Ambiente.
“Constantemente recibimos fotografías y videos de un grupo de psitácidos sobrevolando los barrios de Asunción. Las especies que solemos observar son el comunmente llamado guacamayo rojo (Ara chloropterus) y el guacamayo amarillo (Ara ararauna), y hasta indicios de algún individuo híbrido”, relatan.
Estas aves fueron mascotas, y por algún motivo ahora son libres. Aunque Asunción no es su hábitat natural, es recomendable que se queden ahí, ya que los individuos que han sido mascotas muy difícilmente puedan ser reintroducidos en ambientes naturales.
Su hábitat natural son las sabanas y los bosques húmedos en la Región Oriental y el extremo noreste del Chaco, los cuales se encuentran amenazados en el país por la alta tasa de deforestación que existe.
Los bosques, además de albergar especies maravillosas como estas (Ara ararauna y Ara chloropterus), ofrecen varios servicios ambientales al hombre como la regulación climática, el secuestro de carbono que mitiga algunos GEI (Gases de Efecto Invernadero), además de ser la mayor fuente de oxígeno, finalizan los expertos.