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Ayer, el Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especial (Detave) abortó el intento de robo de 200 bolsas de azúcar de 50 kilogramos (10 toneladas) de antiguas incautaciones en el marco de un procedimiento realizado ayer en el depósito C de la La Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP). Fue cuando los productos estaban siendo cargados en un camión fletero a cargo de Jorge Orrego, según informó el jefe de dicha repartición, Antonio Servián.
Servián dijo que, a pesar de que ninguno de los tres detenidos por el caso es funcionario de Aduanas, se sospecha que hay complicidad de alguien de la institución. “Evidentemente que ha de haber gente de adentro que pasa los datos”, indicó. En ese sentido, adelantó que el Ministerio Público ya está detrás de esa sospecha y que han iniciado las investigaciones al respecto.
Explicó que la carga que iba a ser robada fue incautada en diferentes procedimientos del año pasado. A simple vista, los documentos con los que se esperaba sacar el producto estaban en orden. Sin embargo, si uno se fija mejor, los logos están mal escaneados, además de otras irregularidades, describió. Los detenidos también tenían una factura de compra falsificada para mostrarla una vez que estuvieran en la ruta, en el caso de ser retenidos, para que la carga pase como compra o donación, contó.
Según el documento con el que pretendían salir del depósito, un supuesto administrador de Aduanas autorizaba la entrega. Lo cierto es que ese funcionario no existe, dijo Servián. “No es el modo para retirar mercaderías; nos llamó la atención porque fue fuera del horario del trabajo y que el azúcar pase así tan alegremente”, comentó luego. Los involucrados fueron identificados como Hugo Castillo, Luis Cardozo y el fletero Jorge Orrego.
Según las explicaciones de uno de los implicados, Hugo Castillo, el que organizó el negocio fue Máximo Estrella, alias “Cabezón”, supuesto “secretario” de Aduanas, que vive posiblemente en Limpio y que está prófugo. Castillo declaró que ellos pensaban que las documentaciones eran verdaderas y que el negocio era con papeles y que cada bolsa se vendería a G. 110.000, lo que arroja un monto de G. 22 millones, que habría ingresado a las arcas de algunos funcionarios de ANNP.