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“Se violó el reglamento interno. Fue un golpe (…) No sólo por el irrespeto de su letra, sino también de su espíritu y, en general, de la función que despempeña como Poder del Estado”, señaló el Dr. Evelio Fernández Arévalos, uno de los colaboradores para la elaboración de nuestra Constitucion Nacional, vigente desde 1992.
Agregó que para entender que los 25 senadores cartistas no se ciñeron a lo que establece la carta magna “no hace falta ningún trabajo interpretativo. La Constitución es modificable pero respetando sus propias reglas, y cuando se habla de las condiciones para que se modifiquen ciertas normas fundamentales para el funcionamiento regular de la República, no tiene sentido seguir por un camino que desde el inicio no obedece las reglas fundamentales para ese cambio”, consideró en conversación con ABC Cardinal.
Dijo que durante su elaboración, los que colaboraron a la redacción de la Ley Suprema, no quisieron dejar dudas sobre la imposibilidad de una reelección. “No creo que haya una Constitución en el mundo que sea tan reiterativa del criterio de que no hay -durante su vigencia- forma de proceder de la forma en que se hizo, eso para mí no tiene duda. Se habla de que ni el Presidente ni sus parientes pueden ser reelectos”, enfatizó.
Al igual que otros expertos, coincidió en que “si se trata de una de aquellas normas que hacen a los poderes a sus facultades, entonces sí el procedimiento para la reelección es el de la reforma, es decir, por medio de una convención nacional constituyente”.
Fernández, quien en su momento se desempeñó como titular de la Cámara de Senadores por dos periodos consecutivos, consideró que el Congreso se debilitó “porque se alejaron de problemas nacionales. Es un fenómeno típico de anteponer los intereses sectoriales antes que la totalidad de la nación. Falta la visión de conjunto del país y de propósitos compartidos comunes, coincidentes o complementarios”.
En este contexto, indicó que la única vía para recuperar el estatus del Poder Legislativo es a través del diálogo “entre las cabezas principales de ambas Cámaras. El diálogo es la base de la convidencia política y no para sólo mejorar la imagen; es importante la eficacia de la labor”, prosiguió.
Finalmente, el exlegislador durante el periodo 1993/98 opinó que existe una tendencia al cambio del estilo de liderazgo. “Tengo esperanza que la juventud que se va formando vaya tomando la posta, porque nos faltan estadistas”, indicó y agregó que los líderes actuales “a falta de una orientación nacional solo les queda pelear por cargos y prebendas”.