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“Nosotros hemos hablado como bancada del Frente Guasu desde fines de año pasado con un grupo que está en esa zona, que vive en parte de la zona de Cuartel La Victoria, y nos hicimos cargo de un pedido de desafectación de una parte de ese terreno que hoy está en mano de militares”, afirmó el senador, uno de los que firmaron el proyecto para desafectar el predio militar.
Filizzola defendió el reclamo de lo ocupantes del predio, que ingresaron a la fuerza al predio el fin de semana alegando que se trata de “un terreno grande, ocioso”. “Es esa parte cuya desafectación pedimos porque, lógicamente, hay un interés social de gente que quiere tener documentación sobre esta tierra”, agregó.
Insistieron en que la intención no es formar otro asentamiento precario, sino que los ocupantes logren tener, además, tener condiciones de vivienda digna. “Hay un proyecto que estamos trabajando porque todavía no está todo elaborado. Les dijimos a ellos que corresponde la desafectación, pero tiene que ir con un proyecto integral que no es solo la tierra, sino servicios”, expresó Filizzola a ABC Cardinal.
Afirmó, entre sus argumentos, que en Asunción y Central existen cerca de 1.500 asentamientos precarios y que, por ello, entiende el “problema social”.
Guido Cabral, dirigente de la Coordinadora Nacional por la Vivienda Digna, dijo que ahora, con el proyecto ya presentado, la presión está sobre el Congreso y dijo que los ocupantes del terreno forman parte de grupos ya formados anteriormente y que participaron de anteriores ocupaciones como la de Capilla del Monte.
“Si nos desalojan es porque el Congreso permite”, afirmó, e indicó que posiblemente mañana levantarán la prohibición de que la prensa hable con ocupantes que no sean dirigentes. “No ocultamos nada, no pedimos votos, no tenemos complicidad con los políticos”, expresó.
Negó que se realicen cobros para integrar las listas, y dijo que los ocupantes fueron integrados como posibles beneficiarios luego de una serie de reuniones en ciudades como San Antonio, San Lorenzo, Villa Elisa y Ñemby, donde se decidió la invasión.