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En su mensaje de cierre del año 2017, leído por su titular Beltrán Macchi Salín, la Feprinco advierte que “está claro” que en economía todo se paga: “los excesos de hoy son el hambre para mañana”, aseveró.
En ese contexto, rechazó “los abusos” en relación a los gastos corrientes, en particular los aumentos de salarios de empleados públicos que se introducen en el presupuesto general de gastos de la nación.
“Condenamos el uso de los aumentos salariales que se equiparan a la compra de votos en medio de los procesos electorales. Esta práctica nos condena a excesos que debemos absorber en los siguientes cinco años y que no dan espacio para la racionalización del gasto público que permita privilegiar la inversión pública", aseveró el dirigente empresarial.
Agregó que el pilar de la estabilidad macroeconómica, sobre la que Paraguay viene construyendo su desarrollo, está en riesgo permanente cuando el populismo se instala en la conducción del país. “Populismo y estabilidad macro son opuestos, no pueden convivir, y si prima el populismo no hay desarrollo sustentable", advirtió.
En otro pasaje de su discurso, Beltrán Macchi exigió a la clase política y a la conducción de los tres poderes del Estado convocar al sector empresarial y a la sociedad civil y, en particular, a los sectores afectados por las leyes, decretos, reglamentaciones y normas, para analizar y evaluar los impactos positivos y negativos de las normativas y así construir un mejor, más efectivo y práctico marco regulatorio.
“Alertamos que la inseguridad jurídica y la falta de estabilidad de las reglas del juego ahuyentan las inversiones serias que el país necesita para la generación de riqueza, empleo y desarrollo sustentable”, afirmó.
Dijo que los empresarios exigen previsibilidad para sus inversiones. “Si un país quiere ser serio, no hay espacio para interpretaciones abusivas de las leyes y normas vigentes, y menos para su aplicación retroactiva, como nos ha ocurrido con el Impuesto a la Renta Personal”, sostuvo.
Invitó a la ciudadanía en general a votar en las próximas elecciones internas y generales “según sus convicciones”, tomando conciencia de la transcendencia de la elección de cada uno, pues estaremos votando a quienes conducirán a nuestro país por los próximos cinco años, y que tendrán la “brillante oportunidad” de promover el desarrollo con bienestar que todos anhelamos o el estancamiento.
“Por eso, votemos a los que honestamente consideremos los mejores por sus capacidades y habilidades técnicas, pero por sobre todo por los valores que rigen su conducta”, destacó.
A los partidos políticos y candidatos, el titular de Feprinco pidió que “tomen conciencia” de que la confrontación permanente frena el desarrollo, que cada una de las autoridades electas deberá poner lo mejor de sí para acordar sobre los temas que hacen a la vida del país.
“Acuerdos que no son exclusivamente entre actores políticos de distintos partidos, sino con los tres poderes del estado y los distintos actores sociales y la ciudadanía”, enfatizó.
Advirtió que las grandes reformas políticas, sociales y económicas, y la modernización en todos los ámbitos de la vida nacional, solo serán posibles y llegarán a buen puerto “si somos capaces de acordarlas”.
Acotó que el país necesita liderazgos decentes que convenzan con su ejemplo y comportamiento para que toda la sociedad acompañe los grandes procesos de cambio mencionados y que apunten en el sentido del desarrollo al bienestar.
Por otro lado, el dirigente gremial afirmó que, así como la estabilidad macro, la seguridad jurídica y la estabilidad de las reglas del juego son las bases para el desarrollo del país, la seguridad física es uno de los “valores fundamentales” para cada uno de los ciudadanos.
Alertó que este valor hoy está en riesgo por el avance del narcotráfico y el consumo de drogas; las grandes bandas criminales que operan en la región, el grupo denominado EPP, que azota al norte del país, y la delincuencia callejera que tiene muchas veces como su causa la pobreza extrema y la falta de prevención de las adicciones y una política carcelaria que no rehabilita al delincuente.
“Los líderes del país tendremos que acordar cómo enfrentamos este fenómeno creciente que nos afecta a todos de manera más eficiente pues la sensación es que vamos perdiendo la batalla”, dijo Beltrán.
Agregó que este fenómeno se debe enfrentar con “políticas sociales” de contención de la pobreza, prevención del consumo y tratamiento de adicciones, política carcelaria que permita rehabilitar al delincuente y la presencia del Estado para perseguir y castigar a la delincuencia pesada: narcotráfico, EPP, bandas criminales; así como la presencia del Estado para prevenir la delincuencia callejera.