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“Se ha incrementado en número, en la gravedad, en cómo se presentan los pacientes; se ha agravado en que la edad es cada vez más juvenil, es decir, cada vez va empeorando y la respuesta de las autoridades no es suficiente”, señaló el Dr. Manuel Fresco, director del Centro Nacional de Adicciones, al ser consultado ante la ola de criminales que actúan influenciados por drogas legales e ilegales.
Señaló que cuando se llega a casos de agresiones que derivan en situaciones graves como el homicidio, “hay que tener en cuenta que probablemente ha habido una historia de violencia doméstica. Son procesos de deterioro, entendiendo que el dependiente sufre de una enfermedad crónica y progresiva”.
En este sentido, señaló que el Ministerio de Salud debería tener un dispositivo sanitario correspondiente no solo para adictos, sino también para personas con problemas psiquiátricos. “Faltan dispositivos que son de justicia y de salud al mismo tiempo”, agregó.
Especificó que si bien nadie tiene la culpa de haberse enfermado –ya que la drogadicción se diagnostica como una enfermedad-, sí cada uno es responsable del tratamiento. En cuanto a las drogas legales, indicó que el alcohol es la sustancia que mayores problemas causa a salud pública después del tabaco.
Sobre las drogas que ingresan al sistema penitenciario, señaló que “todos los vinculados ganan, ya que es un gran negocio la entrada de drogas en Tacumbú. Es parte del sistema corrupto”, consideró el profesional.
Al ser consultado sobre la persona más joven en ser atendida por drogadicción, señaló el caso de un niño de apenas ocho años proveniente de Encarnación. “El problema de un niño de ocho años no es que consuma drogas, es que está en la calle. Ante este nivel de complejidad entonces tampoco las soluciones tienen que ser sencillas”, indicó y señaló que no sólo son niños de la calle los que están siendo afectados por la drogadicción, sino que cada vez se presentan más casos de adolescentes que sí tienen familia y que acuden a solicitar un tratamiento.