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La encargada de la Codeni de este distrito, Yenni Franco, lamentó que existan algunas madres que no cuidan a los niños, inclusive los han entregado a otras familias, pero se inscriben y cobran aportes del programa Tekoporã de la SAS.
Señaló que se dieron cuenta del problema al acompañar varios casos. “Nos dimos cuenta de que muchas familias utilizan a sus hijos más bien por el beneficio económico de Tekoporã; es una cuestión de conveniencia nomás. Entonces les llamamos la atención, porque existe una corresponsabilidad de los que reciben para que sus hijos asistan a la escuela, que tengan controles de salud y estén bien alimentados”.
Señaló que hay casos en que la madre entrega a su hijo a otra familia y después de meses lo reclaman de vuelta, porque viene la gente de Tekoporã, preguntando por el hijo, porque está cobrando por él. En otro caso, la madre entregó a su hijo a otra familia y vino a la Codeni a reclamarlo de vuelta para poder inscribirse en Tekoporã. “No es realmente una cuestión de cuidado, sino que el niño tiene que estar de vuelta porque está inscripto o la madre quiere inscribirse en Tekoporã”, refirió.
Franco felicitó a familias que cumplen con su responsabilidad y utilizan el aporte recibido para el cuidado de sus hijos, “pero hay familias que tienen a su hijo por un beneficio económico y no le asisten en ninguna de estas áreas. Para mí, es importante que se haga este control minucioso de esta corresponsabilidad que tienen las familias beneficiadas”. Indicó que se puede controlar el cumplimiento de las exigencias con un trabajo coordinado entre las diferentes instituciones educativas, de salud, niñez y sobre todo la misma SAS.
En el distrito de Filadelfia, la SAS asiste a 1.743 familias, aproximadamente, y en todo el departamento de Boquerón, a 5.689 familias, pero cuenta con un solo encargado, no tiene guías familiares o comunitarios. Las familias indígenas cobran G. 450.000 cada dos meses.