Cargando...
Añadió que, al parar la obra de aliviaderos en el Parque Guasu, surgen dos problemas: uno, relativo a la seguridad operacional del aeropuerto, y dos, hay 10.000 familias en la ciudad de Limpio cuyas viviendas en épocas de mucha lluvia quedan inundadas.
Manifestó que la idea de los aliviaderos es que, cuando el agua corre con mucha fuerza, ingrese en una suerte de pileta que reduzca esa agresividad y que la corriente vaya fluyendo luego más normal; así se evita el desborde y que las aguas lleguen a la pista de aviación.
Afirmó que cuando llegó a la administración de la Dinac (hace alrededor de tres años) ordenó un estudio hidrológico desde donde nace el arroyo hasta su ingreso en el río Paraguay. “Allí nos habíamos encontrado con problemas derivados de nuevos asfaltados y nuevos vecindarios, que aumentaron la velocidad del arroyo.
Alertó que cuando el curso de agua llega a las inmediaciones del aeropuerto, sale de su cauce y, en vez de acompañar el vallado, se dirige hacia la pista, y cuando llega a la punta, ya en Mariano Roque Alonso, el agua ingresa de costado y, por el volumen que tiene, se va retrasando porque no tiene suficiente espacio, entrando en la punta (norte) de la pista de aterrizaje.
Siguió explicando que en una propiedad posterior hay un camino donde se hizo un puente que resultó ser muy bajo, donde también el agua choca y produce retrocesos. Finalmente, dijo que en Limpio un ciudadano extranjero adquirió una propiedad al lado del cauce y lo rellenó, causando también serias dificultades.
Al señalársele que la obra fue paralizada debido a sus supuestos efectos sobre el ambiente, Aguirre contestó: “Se está hablando de que hay una ley con media sanción de Diputados que declara la zona como reserva ecológica. Sin embargo, no se consultó previamente la opinión del Infona (Instituto Forestal Nacional) sobre las condiciones que deben cumplirse para declarar una reserva. Según la institución rectora oficial de este tema, para el efecto deben existir en una hectárea al menos 70 árboles con características particulares, que en este caso no se estaría cumpliendo”.
Debido a que ya se devastó en gran parte el Parque Guasu Metropolitano, la Municipalidad de Asunción decidió detener por resolución las obras iniciadas por el MOPC debido a que no tenía permiso municipal.
Además, se solicitó la restauración de los ecosistemas destruidos y la elaboración de un plan de gestión de la cuenca del arroyo Itay que incluya la restauración, recuperación y creación de áreas verdes tanto públicas como privadas.
Las organizaciones ambientales calificaron el hecho como un logro histórico; sin embargo, anunciaron que no bajarán la guardia por la posibilidad de que el MOPC continúe con los trabajos.
El Ministerio de Obras Públicas insiste en llevar adelante el proyecto que podría afectar gravemente alrededor de 35 hectáreas del parque. En ese sentido, pedirá la reconsideración a la Comuna asuncena, ya que aseguran que la construcción de lagunas de atenuación es la obra más viable para detener las inundaciones.