En una charla dictada en la sede del Archivo Nacional de Paraguay, dirigida a arquitectos y estudiantes, Rueda destacó la baja densidad poblacional de Asunción, en la que viven unos 10 habitantes por cada hectárea.
El experto aseguró que la mayor parte de los servicios en Asunción se concentran en su centro histórico, un área que en los últimos años está siendo objeto de un proyecto de remodelación y reconversión urbana, que recayó por concurso en el estudio español de arquitectura Ecosistema Urbano.
El eje principal del centro de Asunción es la calle Palma, que aglutina comercios y servicios y que, según Rueda, debería ser totalmente peatonal, para facilitar el uso del espacio público a los habitantes de la ciudad.
“En las ciudades, el único derecho del que gozamos hoy es el de la movilidad en automóvil o transporte público. Necesitamos más espacios públicos para poder ejercer el resto de derechos que tenemos como ciudadanos: al intercambio, a la participación y expresión, a la cultura y conocimiento, al recreo y al ocio”, destacó.
Por ello, apostó por “restringir sin miedo” el uso de automóviles, para liberar más espacios a la ciudadanía, y habilitar la circulación de vehículos motorizados solo en algunas de las arterias principales del centro.
Rueda puso el ejemplo de las “supermanzanas”: espacios de calles peatonales que concentran en su interior servicios y espacios verdes, y que están rodeadas de una cuadrícula de calles donde se permite el uso de automóviles y el servicio del transporte público.
Este modelo es el que Rueda ha propuesto para la reconversión de Barcelona, y que considera exportable también a Asunción, especialmente porque su trazado es “muy cuadriculado”, lo que facilita la división en “supermanzanas”.
Expresó sin embargo que en Asunción existen zonas muy degradadas que hacen que ejes como la calle Palma sean discontinuos, como por ejemplo un área de varias cuadras entre el barrio tradicional de la Loma de San Jerónimo y el centro de Asunción, en la que se encuentran varias naves industriales abandonadas.
“Esa zona parece Beirut. Y es una zona privilegiada, cerca de un parque (el de la Solidaridad) y con una salida al río. Hay que revitalizarla como una supermanzana, y conectarla con el centro. En eso va a tener un papel fundamental la reconversión del Puerto”, detalló.
La superficie del Puerto de Asunción, que comprende unas 18 hectáreas, prevé modernizarse para albergar las sedes de cinco ministerios, una estación de ferry, otra de metrobús, y un Museo Nacional de Bellas Artes, además de poner en valor el antiguo edificio de Puertos y Aduanas.
El proyecto prevé una inversión pública inicial de unos 100 millones de dólares y apunta a transformar el área siguiendo el modelo de Puerto Madero, en Buenos Aires.
Además de resaltar la importancia de este plan para la ciudad, Rueda pidió que se refuerce la presencia de vegetación en las calles de Asunción, recurriendo a especies autóctonas como el lapacho, el jacarandá o el ibirapitá, que “ más que árboles, son monumentos ” .
En 2014, Asunción fue reconocida como Capital Verde de Iberoamérica, debido a que posee más de 20 millones de hectáreas de espacios verdes, tomando en cuenta tanto parques públicos, como patios y otros espacios privados.
Pese a ello, los niveles de contaminación ambiental de la capital paraguaya exceden los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud, y en la ciudad ingresan cada día un millón y medio de vehículos, el 80 % de ellos procedentes de su área metropolitana.