MEC y Defensoría del Pueblo intervendrán

El Ministerio de Educación y Cultura se reunirá con el director que negó la entrega del diploma al mejor egresado de una institución privada porque sus padres adeudaban la cuota escolar. La Defensoría del Pueblo también verificará el caso.

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Debido a los feriados por la festividad mariana, recién el viernes la Supervisión del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), a través de su asesor jurídico, llamará al sacerdote Pedro Sanabria para ver el caso del adolescente que quedó sin recibir su diploma ni mención de honor por deber cuotas en el Colegio Parroquial Rosenstiel, de Pedro Juan Caballero. Según el MEC, se asegurarán de que este tipo de hechos no se registren en público y menos cuando afectan a menores de edad.

Además, aseguran que trabajarán para la reglamentación de la Ley N° 5738, por la cual se garantiza el derecho del niño y el adolescente que estudia en instituciones educativas de gestión privada. Según esta normativa, las escuelas y colegios no podrán negar a sus alumnos el derecho a rendir exámenes, no se les puede retener sus libretas de calificaciones ni hacer público el estado de cuentas y aranceles, por más que deban cuotas.

El defensor del Pueblo, Miguel Godoy, se dirigirá mañana a Pedro Juan Caballero a fin de intervenir en el caso y determinar si este hecho se puede caratular bajo el delito de coacción contra la libertad, cuya expectativa de pena es de hasta tres años de prisión. “No puede ocurrir esta clase de hechos. Exponerle públicamente a un joven de esa manera es una miserable discriminación. Este sacerdote no podía someterle a semejante bochorno al estudiante”, afirmó el funcionario.

El hecho se registró ayer, cuando estudiantes del Colegio Parroquial Rosenstiel se preparaban para el acto de entrega de diplomas. Minutos antes de iniciarse el evento, el mejor egresado del noveno grado y sus padres abandonaron el lugar al saber que el director, Pedro Sanabria, informó que no se llamaría al alumno y que no se le entregaría el diploma y la libreta de calificaciones hasta que se abone la deuda con la institución.

Los padres del alumno señalaron que tienen dos hijos en la institución, y que unos días antes habían cancelado la deuda de uno de ellos y que indicaron al sacerdote que, en la brevedad posible, cancelarían la otra obligación, y que, por favor, le entregara al mejor egresado el diploma y la libreta de calificaciones. Según los familiares, el director respondió: “A mí no me interesan sus súplicas”. El Sanabria les dijo que si el chico quería quedarse en la formación, lo podía hacer, pero que no sería llamado, ni le entregarían el diploma y la libreta.

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