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“Esperamos que responda todas las notas que le venimos enviando hace ocho meses”, reprochó ayer una integrante de la organización Aireana a Ever Martínez, ministro de Justicia, al finalizar la première de la película nacional Las Herederas. El film trata precisamente de un periodo en la vida de una pareja de mujeres, cuando una de ellas debe cumplir una condena en la cárcel del Buen Pastor.
Martínez miró de reojo los carteles y no pudo evitar oír los reclamos a viva voz, pero los ignoró y siguió caminando como si nada hubiera pasado. En el video se lo ve esbozando una sonrisa socarrona.
Un par de horas antes, el director de la película, Marcelo Martinessi, el productor Sebastián Peña y las actrices Ana Brun, Margarita Irún y Ana Ivanova habían posado en la alfombra lila con carteles que hacían el mismo reclamo. "Derecho a las visitas íntimas para lesbianas privadas de libertad" y "Chela y Chiquita (los nombres de la pareja protagonista) no pudieron acceder a las visitas privadas en el Buen Pastor", decían los carteles que mostraron.
El reclamo se refiere a las solicitudes enviadas al secretario de Estado para permitir las visitas íntimas de las mujeres homosexuales privadas de su libertad. Según Rosa Posa, vocera de Aireana, ya perdieron la cuenta de cuántas veces hicieron este pedido y no han logrado ni siquiera una reunión con Martínez.
“Le pedimos la autorización a la directora del penal (Buen Pastor) y ella no lo permite. Luego judicializamos el caso y el juez argumentó que como no está permitida la unión entre homosexuales, no puede haber visita conyugal. Sin embargo, hay un reglamento del 2012 que no especifica de qué sexo deben ser las personas que lo hagan, no lo prohíbe, además habla de que no habrá discriminación; entonces pedimos que se cumpla este reglamento”, expresó Posa.
Sostuvo que es discriminación que no les permitan este tipo de visitas porque para el caso de los heterosexuales no es necesario que estén casados. “Si es un hombre con una mujer solo basta con que sean novios”, detalló.
Relató que al salir le preguntaron al ministro Ever Martínez si la película no lo había sensibilizado, pero tampoco obtuvieron respuestas.
Por su parte, Cecilia Pérez, viceministra de Política Criminal del Ministerio de Justicia, confirmó que se hizo un pedido escrito hace un tiempo. La autorización fue denegada por la encargada de la prisión y luego el caso fue a estrados judiciales, lo cual la institución maneja como antecedente.
La viceministra comentó que el caso fue al Juzgado de Ejecución Penal bajo la figura de la tutela jurisdiccional. Recordó que el argumento de Aireana se basa de una resolución administrativa del 2012, pero indicó que en el 2014 se promulgó el Código de Ejecución Penal, que entró en vigencia en el 2015, el cual establece que las visitas íntimas pueden hacerlas cónyuges o convivientes.
“Este pedido lo habían hecho dos internas para tener visitas íntimas entre sí y el juzgado rechazó porque entiende que al hablar de cónyuge es mujer con hombre, por lo que dice la Constitución Nacional, y en el caso del conviviente, el juzgado entendió que eran dos internas, que están circunstancialmente privadas de su libertad en ese lugar”, explicó Pérez.
Añadió que luego la Cámara de Apelaciones que confirmó esta resolución fue más allá y afirmó que cuando se habla de cónyuge o conviviente se refiere al matrimonio o la unión de hecho y para que eso tenga efecto en el sistema jurídico tiene que ser entre el hombre y la mujer.
“Entonces como la Constitución no permite el matrimonio igualitario, el rechazo se confirmó. Lo que nosotros no sabemos es si esa resolución se llevó a la Corte, porque es pasible de una acción de inconstitucionalidad o se debería hacer un replanteamiento legislativo constitucional”, enfatizó la viceministra.
Desmintió el hecho de que se acepten noviazgos para las visitas íntimas porque insistió en que el requerimiento legal consiste en que la pareja sea casada o viva junta. Finalmente, reiteró que ese reglamento que corresponde al 2012, si bien no está derogado, “no puede ser superior a la ley ni a la interpretación de los jueces”.