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Explicó que en los países que visita busca ayudar a la gente a vivir su fe. No dicta una clase intelectual, sino que su misión es evangelizadora, que implica madurar en la fe.
A su criterio, el católico no solo debe conocer el credo o identificarse católico, sino vivir intensamente su fe. “No podemos decir 'creo en Dios' y no tengo comunión con Él, ya sea a través de la oración o la eucaristía”, apuntó.
Preguntado sobre cómo cambió su vida, por qué de evangélico se convirtió a católico, cuando normalmente ocurre lo contrario, indicó que nunca fue católico.
“Yo vengo de los evangélicos, gente muy buena, que me introdujeron a la Biblia; pero estos casos de conversión se están dando en los EE.UU., donde los pastores optan por el catolicismo, porque es una confesión más completa”, indicó.
Agregó que los católicos nunca deben decir que los evangélicos son malas personas, porque tienen varios elementos comunes, además en Lumen Gentium Nº 14 se afirma que ellos son hermanos porque comparten creencias.
Casanova indicó que en Iglesia Católica hay más plenitud que en la evangélica porque custodia todas las revelaciones y no cambia. Por ejemplo, piden a la Católica que acepte el aborto o el casamiento entre personas del mismo sexo y la Iglesia rechaza porque tiene una enseñanza que recibió de Jesucristo. En ese sentido, apuntó que los evangélicos son más flexibles en sus enseñanzas.
“Otra diferencia se expresa en el criterio de autoridad. En la Católica están los sucesores de los apóstoles, los obispos, a quienes se los ve. El criterio de autoridad para los evangélicos es subjetivo”, apuntó.