Estafa masiva en Caaguazú

Dos mujeres que se hicieron pasar como responsables del programa social Tekopora en Caaguazú, estafaron a unas 50 personas en un asentamiento, al quitarles sus cédulas para hacer préstamos en una financiera y a través de una empresa telefónica.

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Dos mujeres, una de ellas bajo la identidad de Sonia Cáceres, llegaron el pasado miércoles 29 hasta el asentamiento San Miguel, en Caaguazú, donde manifestaron ser censistas del programa Tekopora. Ese día hicieron un relevamiento de datos de los pobladores para supuestamente enviarles productos de primera necesidad como alimentos, informó la corresponsal de ABC Color, Carmen Colmán. 

Al día siguiente volvieron y señalaron que los interesados en acceder a la ayuda, que supuestamente sería un préstamos, debían entregar sus cédulas de identidad y los chips de sus celulares, para poder acceder al beneficio. Líderes del asentamiento señalaron que unas 50 personas accedieron a entregar sus documentos respectivos.

La primera en denunciar el hecho fue Mirtha Raquel González Herrero, quien dos días después se enteró de que con su cédula hicieron un préstamo de G. 1.300.000 en el Banco Familiar Sucursal Caaguazú. La mujer contactó con el banco y también con la empresa de telefonía de la cual es cliente, Tigo, y en ambas empresas le dijeron que debe accionar ante las autoridades por lo que hizo la denuncia.

Luego varias personas fueron manifestando que les ocurrió lo mismo. Hasta esta tarde unas 50 personas reportaron ser víctimas de esta situación y que los montos de los préstamos hechos con sus documentos varían de entre G. 500.000 y G. 1.500.000.

La denuncia fue radicada en la comisaría del barrio Santa Isabel de Caaguazú y la Policía aún no habría remitido el caso de la Fiscalía. Consultada la fiscal de turno de la zona, Gladys Villamayor, dijo que como es fin de semana el banco esta cerrado y no se puede hacer nada, por lo que esperará hasta el lunes para que el caso sea sorteado y ver quién investigará lo ocurrido.

La situación afecta a persona de escasos recursos de la zona. La descripción que han dado de las estafadoras es la siguiente: una es de estatura baja, morena y robusta de aproximadamente 35 años, y la otra era una mujer delgada, rubia y alta de unos 25 años de edad. Ambas se movilizaban en una motocicleta roja de mujer. 

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