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En numerosos barrios de Asunción y el departamento Central se tiene falta de presión -en el mejor de los casos- o, directamente, una escasez total de agua.
Esto, según explicó el gerente general de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), se debe a que la aguatera estatal ha tenido un “crecimiento desordenado”.
Por ejemplo, para cañería de dos pulgadas se hicieron extensiones de más de 1.500 metros, cuando técnicamente esas extensiones no pueden superar los 700 metros para que haya cantidad, calidad y presión.
Esto es lo que ocasiona que el sistema se atore, porque hay una alta pérdida de carga. En términos sencillos, el agua no pasa. La situación despierta muchas quejas en los usuarios, sobre todo por la baja presión.
López explicó que para resolver la problemática hay planes a corto plazo (meses) y a mediano plazo (un año y medio o dos)
En lo que refiere a soluciones a corto plazo, se realizarán interconexiones en el sistema de distribución para que se produzca la continuidad del servicio.
Otro de los factores que influyen negativamente para la abundante provisión de agua potable, según precisó el gerente, es el consumo récord en esta ardiente temporada veraniega, que ha llegado hasta los 427.000 metros cúbicos por día, una producción inusual para la aguatera.
En estos días, explicó López, realizaron interconexiones en calles como 21 Proyectadas, 25 Proyectadas, Estados Unidos, Pa’i Pérez, etcétera, donde la gente está padeciendo la falta de agua. El trabajo consiste en “pasar de la zona alta de bombeo a la zona baja”, explicó Carlos Antonio López.
Además, refiere, habilitaron una válvula que conecta una tubería de gran tamaño, que se va "sectorizando en toda la zona”.
El gerente informó que actualmente existen problemas de suministro en 60 manzanas de Asunción, en las que se harán interconexiones rápidas “para que la gente tenga agua lo antes posible”, dijo.
Por otra parte, durante el mes de enero, la Essap recibió 5.700 reclamos por falta de agua, caños rotos y facturas irregulares.
En cuanto al problema que ocurrió en los últimos días en ciudades como Limpio y Roque Alonso, el gerente explicó que se debe a dos factores. “Primero, que a Limpio el sistema de Essap no podía llegar, la gente se proveía de la Junta de Saneamiento. Los pasaron hace poco a la Essap a los barrios Villa Jardín y El Portal, y paralelamente hicimos una ampliación de la red de distribución para hacer llegar agua al Abasto Norte”, contó.
Pero luego, agrega el gerente, “la gente comenzó a conectarse y eclosionó en este momento, porque hay un alto consumo y no tienen agua”, mencionó como motivo de la carencia del servicio.
Sobre el alto porcentaje de agua que no se factura y se pierde por los caños rotos, el gerente mencionó que hay un alto índice de agua no contabilizada, por caños rotos, conexiones clandestinas y pérdidas comerciales, lo que genera sobrefacturaciones por medidores que no funcionan bien, “y esto representa pérdidas para la institución”, puntualizó López.
Sobre este inconveniente, mencionó que está elaborando un programa. “Pero son trabajos a largo alcance y con metas anuales para llegar a lo óptimo. Si bajamos 3% este año el agua no contabilizada, en cinco años se puede llegar a la meta”, auguró.