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El inconfundible sabor de la sopa paraguaya del interior, de esa que los que viven en la ciudad solo prueban un par de veces al año, acompañada de chorizo parrillero, casero, original, libre de procesos industriales... ¿Ya se le hizo agua la boca? Es solo una muestra de lo que los estudiantes de esta institución son capaces de aprender y elaborar en los tres años que dura el bachillerato técnico agropecuario.
“Todo es producción de la escuela, nosotros los alumnos industrializamos los productos”, cuenta Sara Noguera, quien cursa el tercer y último año del bachillerato.
Durante el curso los alumnos se forman para la vida en el campo. Aprenden a elaborar productos a partir de la leche; producir embutidos, manejar de animales de granja, producción agrícola y más.
“Luego depende de lo que quieras hacer. Puede ser un emprendimiento propio o trabajar en empresas agrícolas. Salimos como técnicos o asesores. Esta escuela nos abre el camino al trabajo rural”, expresa.
Este año hay 163 alumnos en los tres cursos y crece la demanda por ingresar a la institución, sostiene la Lic. Gladys Ruiz Díaz, directora del colegio que depende del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
“Fortalecemos mucho la agroindustria en forma artesanal. Les mostramos al joven que no necesita toda una infraestructura para darle forma a su materia prima”, expresa. Entre las cosas que aprenden a elaborar, se destacan la reparación de chorizos tipo casero parrillero, morcilla, queso de cerdo y todos los derivados de la leche. “Salen preparados para ser emprendedores”, dice la directora.
Esta mañana un grupo de estudiantes hizo una demostración de los productos que elaboran en el stand del MAG en la Expo 2018. La calidad de los productos fue aclamada por los visitantes.