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El presidente de la comisión organizadora, Amado Amarilla, dio las palabras de bienvenida y, a continuación, se dirigió a los “viejos” compañeros, a quienes recordó la amistad cultivada desde aquel tiempo y se mantiene tan vigente. Destacó la gran herencia que dejó el padre Ángel Rosa Cárdenas al fundar la primera institución secundaria en la comunidad donde fueron alumnos.
Asimismo, recordó la actitud altruista del sacerdote cuando iba a pedir a los padres de familia que sus hijos estudiaran, como también las sabias e inolvidables enseñanzas brindadas, tomando como ejemplo las recordadas clases de literatura del pa’i Cárdenas, quien insistía y ponía énfasis en la máxima figura de la literatura española, Miguel de Cervantes, autor de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha.
Tampoco olvidó el capítulo 42, segunda parte de dicha obra universal, que si bien es un decálogo, recordó textualmente tres puntos en los que Cervantes magistralmente pone en boca de su ficticio personaje El Quijote y sentencia una serie de consejos a Sancho Panza, su fiel escudero, antes de que este se dispusiera a gobernar su ínsula. Algunos de sus consejos: “Primeramente, has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada. Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse, del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey. Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no tengas vergüenza que vienes de labradores; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio”.
“Este capítulo preferido de nuestro gran maestro no podemos olvidar”, manifestó en la ocasión el señor Amarilla, porque por más que las recetas fueron escritas por el inolvidable Cervantes en 1605, hace 413 años, la vara moral sigue tan inalcanzable, no sólo para los líderes de hoy, sino también para los de la mayoría del mundo entero; incluso para el hombre de la calle.
La oportunidad también sirvió para distinguir a personas por sus sensibles y destacados aportes en distintas áreas a la comunidad de Nueva Italia, con pergaminos de reconocimiento, como por ejemplo la señora Emilia Mura de Leguizamón, benefactora en el área de salud; la profesora Lucía Cantero de González, considerada matriarca en el sector educacional, y ambas son memoria viva de toda la comunidad; y por último, la licenciada Emigdia Coronel de Aguilar, exdirectora, por el empeño y gestiones realizadas para que la educación sea de alta calidad en dicha institución educativa.
El encuentro estuvo animado por varios grupos artísticos, con música y baile, show artístico y declamaciones de homenaje por parte de exalumnos, todo en el marco de un brillo, color y cuantiosa emoción por parte de los participantes.
El encuentro sirvió, además, para elegir la mejor presentación entre las diferentes promociones, y resultó ganadora la del año 1990, cuyos responsables se comprometieron a seguir realizando otras actividades similares y de orden social para continuar reviviendo y fortaleciendo aquella amistad sincera, desinteresada, profunda e inigualable, que solo nace en nuestra “época dorada” de la juventud.