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Quién en su vida adulta es capaz de olvidar aquellos años en que vestidos con algún uniforme escolar, tal vez desafiando frío o calor, lluvia o un intenso sol, ha tomado sus mochilas, cuadernos o lo que sea y emprendió viaje camino a su lugar de estudios.
Lejos de abordar un bus, un transporte escolar o el vehículo particular de los padres, muchos niños y jóvenes de nuestro país, no lejos incluso de la capital, emprenden cada día una verdadera peripecia para llegar a su lugar de estudios. Esto es una realidad a la que no podemos escapar, pero aquel que con cariño, ganas y la supervisión de los padres y la entrega profesional de los maestros lo ha hecho es capaz de recordarla con gratitud. Este es el caso de los exalumnos del ahora colegio Presbítero Ángel Rosa Cárdenas, de la hermosa y tranquila ciudad de Nueva Italia, un distrito del sur del departamento Central, puramente agrícola. Estos exalumnos, hoy profesionales en distintas áreas de la sociedad, ha querido recordar los momentos que pasaron por esta casa de estudios y se reunieron para revivir esa “Época Dorada” de estudiantes.
Distintas promociones estuvieron presentes, desde la primera (año 1976), y se sumaron integrantes de los siguientes años, hasta la promoción 1990. Un momento muy emotivo fue cuando a través de proyecciones audiovisuales se rindió homenaje a los hijos de quienes alguna vez fueron alumnos y ahora padres de verdaderos profesionales de esta comunidad.
Asimismo, el coordinador general de este emprendimiento, y a la vez exalumno de esta institución, el coronel Amado Amarilla, rindió un homenaje al fundador de esta institución, el padre Ángel Rosa Cárdenas, sacerdote jesuita quien desde su natal Loma Grande llegó a Nueva Italia con la vocación de educar a los niños y jóvenes de esta comunidad. Ahora, en honor a este religioso, esta institución lleva su nombre.
También fue descubierta una placa recordatoria que lleva inscripta la vida dedicada a Nueva Italia por parte del padre Cárdenas. Esta placa será entregada a la dirección del colegio, para que sea exhibida en un lugar de preponderancia.
Un suculento asado, un excelente grupo musical, obsequios por doquier, alegría total, anécdotas y desfiles por parte de exalumnos coparon un domingo diferente, en familia, con amigos y excompañeros de colegio. Verdaderamente una “Época Dorada”.