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El informe de la Alianza Regional de la Libre Expresión e Información divulgado a nuestro medio hoy, describe el conflicto entre el derecho a la privacidad y el derecho de acceso a la información.
El grupo llega a la conclusión que la salud de un jefe de Estado va más allá de la esfera privada, ya que esta puede tener incidencia en la vida de los ciudadanos y en el manejo de la cosa pública.
“Es un derecho a saber qué implicancias político institucionales pueden avecinarse”, manifiesta el documento, en el que se analizan los últimos casos de enfermedad de presidentes, incluyendo el cáncer de Hugo Chávez, mandatario venezolano, y del expresidente Fernando Lugo.
El informar sobre las enfermedades suele estar reservado para el ámbito de la intimidad de cada persona, en especial en situaciones extremas. Algunas enfermedades evocan situación de sufrimiento y debilidad, lo que puede generar conmiseración y lástima, por lo que no todos se sienten cómodos proyectando dichas sensaciones, “mucho menos quienes tienen a su cargo los destinos de un país, que necesitan en forma constante forjar una imagen de fortaleza que les permita mantener su autoridad”, relata el documento.
Sin embargo, la falta de información, cuando un jefe de Estado está enfermo, trasciende el ámbito de la enfermedad privada, ya que “las enfermedades de los que están en el poder las padecemos todos”, según el autor Nelson Castro.
“Desde el momento en el que la salud de nuestros gobernantes puede tener incidencia en nuestras vidas y en el manejo de la cosa pública, nace un derecho a saber cómo es posible que evolucionen sus cuadros”, detalla el documento.
Tras un análisis de los casos, el grupo concluye que asumir un cargo público y ser depositario de la confianza de la ciudadanía “exigen que el interés en preservar la intimidad ceda en cierta medida en favor del interés público”.
“El público no necesita conocer los detalles escabrosos de la enfermedad, pero sí una prognosis realista sobre esa enfermedad porque ello puede influir en forma directa en el manejo de los asuntos de Estado y, por eso mismo, indirectamente, en su calidad de vida”, relata el informe.
Ocultar la información o manipularla habilita un camino a las especulaciones, lo que podría ser evitado con información “oportuna, completa y confiable”.
La Alianza Regional por la Libre Expresión e Información, esta conformada por 22 organizaciones de la sociedad civil de 19 países de Latinoamérica que lideran la promoción y defensa de la libertad de expresión y el acceso a la información pública en las Américas.