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El evento, organizado por el Club de Amigos Lectores de la Revista Huellas sobre el “Legado de los Rusos en Paraguay, valorando la cultura de los pueblos”, se realizó en el local de la Biblioteca Stephan Vysokolán de Paraguarí este sábado.
Durante la disertación se pudo apreciar el gran aporte que brindaron los rusos que llegaron a ofrecer sus servicios, sus conocimientos en el área de arquitectura, la milicia, la ingeniería, la educación y ofrendaron sus vidas como héroes de la Guerra del Chaco. Los presentes también degustaron los platos tradicionales de Rusia y Paraguay.
De este evento participó el sacerdote ortodoxo Zhuravlev, quien al hacer un análisis sobre su misión al frente de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Asunción resaltó los 90 años de la presencia de la iglesia Ortodoxa en nuestro país. “Para la historia es solo un momento, pero para las personas que viven en este mundo es toda una época”, afirmó.
Zhuravlev recordó que en Rusia hubo épocas graves y de mucha dificultad para la gente. Antes — indicó — el Estado de Rusia era grande y poderoso, pero luego empezó a desmoronarse y destruirse y el país se convirtió en un caos y nadie supo qué hacer.
El sacerdote dijo que en ese momento se aplicó el viejo dicho “cada uno se salva como puede”, porque hubo una parte de la gente que, con mucho dolor en su corazón, tuvo que abandonar su patria. Algunos quedaron en Europa, otros cruzaron el océano y una parte de ellos llegó a América del Sur.
Al brindar un mensaje esperanzador a los ortodoxos, manifestó que para las personas creyentes no hay un solo hecho en la historia que sea casual. “El Evangelio nos habla que no hay un solo pelo que se nos caiga de la cabeza sin la voluntad de Dios”, manifestó.
Comentó además que están teniendo problemas con algunos creyentes de Encarnación, pero eso es un problema temporal que van a ir solucionando. Dijo que los ortodoxos mantienen una buena relación con la Iglesia Católica.
Agregó que como regla, las personas que vinieron de Rusia Imperial eran muy creyentes. Para ellos fueron importantes no solo las condiciones climáticas y geográficas sino que también las condiciones religiosas. Por eso muy pronto en Asunción fue edificado el templo que fue consagrado a la Santísima Virgen Protectora.
Ahora la fe de los creyentes ortodoxos se fortaleció con la llegada del santísimo patriarca de Moscú, padre Kyril Cirilo, quien había visitado el país en febrero del 2016 y participó de una misa en el templo.
En la ocasión María Olga Vysokolán se refirió a la vida de su padre, Stephan Vysokolán, inmigrante ruso de destacada labor cívica, militar y cultural en Paraguay. Vysokolán llegó a Paraguay el 27 de diciembre de 1933 y en marzo del siguiente año se alistó como voluntario en el regimiento Mariscal López para defender el pueblo paraguayo.
Al término de la guerra en la que salió victorioso el Paraguay ante Bolivia, conoció en Villa Hayes a quien sería su esposa, Erciria Maldonado; al mudarse la Artillería Militar en Paraguarí, el mismo se afincó en esta ciudad y se casó con su amada con quien tuvieron nueve hijos.
A su vez la arquitecta Lucía Giovine se refirió a la inmigración rusa en nuestro país, y destacó los testimonios de hombres y mujeres que llegaron al Paraguay durante el gobierno del Mariscal Francisco Solano López.
Comentó sobre el ingreso de los rusos blancos en el Paraguay, en su mayoría ex oficiales del ejército imperial que tras la derrota de la revolución de 1917 tuvieron que transitar el duro camino del exilio hasta llegar a este país que les cobijó y recibió de ellos esfuerzo y trabajo y donde varios de ellos participaron en la contienda chaqueña.
El exgeneral de la Guerra Imperial Rusa Iván Belaieff organizó en 1924 la venida de 12 militares rusos blancos del ex ejército zarista para reactivar y modernizar el ejército nacional. Se los denominaba “rusos blancos”, quienes trabajaron en el Ministerio de Guerra y Marina.