Cargando...
Monseñor Adalberto Martínez, de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) sostiene que “por primera vez se cita una Carta pastoral de los Obispos del paraguay de 1983, ‘El campesino paraguayo y la tierra’”.
Si bien la referencia a nuestro país en la Encíclica es breve – explica – la mención demuestra una vez más la admiración del Papa Francisco hacia el Paraguay y que nos tiene en cuenta “enriqueciendo su Encíclica con las enseñanzas del episcopado paraguayo”.
En el apartado 94 de la Encíclica “Laudate Si”, se menciona: El rico y el pobre tienen igual dignidad, porque «a los dos los hizo el Señor» (Pr 22,2); «Él mismo hizo a pequeños y a grandes» (Sb 6,7) y «hace salir su sol sobre malos y buenos» (Mt 5,45). Esto tiene consecuencias prácticas, como las que enunciaron los Obispos de Paraguay: «Todo campesino tiene derecho natural a poseer un lote racional de tierra donde pueda establecer su hogar, trabajar para la subsistencia de su familia y tener seguridad existencial. Este derecho debe estar garantizado para que su ejercicio no sea ilusorio sino real. Lo cual significa que, además del título de propiedad, el campesino debe contar con medios de educación técnica, créditos, seguros y comercialización»[77].
“Este documento magisterial será de guía y reflexión para toda la iglesia en el mundo”, exclamó Martínez y agregó que la mención hace referencia a una problemática de larga data y aún vigente, los reclamos del campesinado paraguayo por la inequitativa distribución de tierras.