Cargando...
“Hay una cuestión que los que hacemos psiquiatría clínica siempre planteamos, que no se puede hacer un diagnóstico sin ver al paciente”, inicia aclarando en la nota el Dr. Andrés Arce, jefe de Cátedra y Servicio de Psiquiatría de la Universidad Nacional de Asunción, respecto al caso de la “Viuda negra”. Sin embargo, se animó a describir algunas conductas que podría apuntar a un trastorno antisocial de la personalidad, lo que anteriormente se conocía como psicopatía.
“Está el denominado trastorno antisocial de la personalidad que se caracteriza porque la persona tiene como rasgo de su personalidad el violar las normas y leyes de la sociedad, entre ellos se encuentran los homicidas que asesinan fríamente, que luego no tienen sentimiento de culpa, comenten delitos, incluidos los homicidios y luego no queda ningún cargo de conciencia”, indicó describiendo el médico y docente.
Este tipo personas o personalidades no aparecen de manera espontánea, sino que son una acumulación de la educación, los valores, las experiencias de vida, traumas y otros aspectos durante del desarrollo. Aunque como médico, Arce ha detectado cierta similitud con las personas que han sufrido algún tipo de lesión en el lóbulo frontal del cerebro, que “generalmente tiene que ver con la reflexión de los actos que comete o antes de cometerlo, donde se analiza cuáles pueden ser las consecuencia de sus actos”, explicó.
Y no es nada fácil identificar a una persona psicópata, ya que por una parte es fría y calculadora y generalmente tiene cierto perfil manipulador. “Las personas aparentan ser totalmente normales, no presentan incoherencias, no presentan delirios, alucinaciones, como ocurre en caso de pacientes psicóticos que pierden el contacto con la realidad. Estos sujetos se manejan en su mundo y estilo de vida prácticamente común, son muy fríos sobre todos cuando planean sus actos”, indicó.
“Los psicópatas se caracterizan por ser grandes manipuladores, así les resulta muy fácil convencer a personas sobre quien tienen cierto grado de influencia ya sea por una situación afectiva digamos”, agregó y explicó que todos sus afectos personales están por debajo a sus intereses particulares, es decir, no dudarían en traicionar a alguien para procurar su beneficio.
Además sea el dinero o sea simplemente el placer de matar, “siempre encuentran una motivación (...) y como son personas muy frías, calculadoras, habitualmente estas personas siempre van a intentar justificar lo que han hecho”, explicó.
Con toda la frialdad para planificar sus crímenes, pese a tratarse de un trastorno mental no pueden alegar inconsciencia sobre sus actos. Al contrario, le suman premeditación. “Una persona que no es consciente de sus actos, por ejemplo tratándose de un psicópata difícilmente va planificar, contratar un sicario, acordar el monto que va pagar por ejecutar a otra persona. Todo eso no lo va a hacer alguien que sí está en un estado de alteración de la conciencia realmente, como puede estarlo un paciente que hace un episodio psicótico”, explicó.
El médico, desde la cátedra de psiquiatría en el Hospital de Clínicas se especializa más en casos de violencia intrafamiliar o de abuso, sin embargo en su larga trayectoria, el caso más impactante que le tocó observar es el de un paciente, en este caso sí fuera de sus cabales, que habría matado a su pareja e ingirió su cerebro. Una especie de “Hannibal”, el recordado personaje caníbal de la serie de películas de Hollywood.
“Cuando trabajaba en el Hospital Neurosiquíatrico, y paralelamente estuve en el golpe durante el 90, trabajando en la penitenciaría, encontré un paciente esquizofrénico que se había juntado con una mujer también paciente del hospital, y tenía indicios persecutorios el hombre joven, y tenía delirios. Y lo que más primó era el sentimiento persecutorio, la idea que esta mujer lo manejaba mentalmente”, relató.
Como desenlace del hecho comentó que “por ese motivo la había matado, descuartizándola, y muy cuidadosamente le había abierto el cráneo a su víctima y se había comido su cerebro, porque pensaba que todos los poderes de esa mujer sobre él estaban en su cerebro, y él lo contaba con una frialdad como yo, usted y o cualquiera”, recordó, aunque hizo la salvedad de que “Hannibal” es un personaje ficticio, con hábitos de canibalismo, algo muy difícil de encontrar en los hábitos de una persona psicópata” .
La consulta es, ¿las personas con una personalidad así de peligrosas, que hayan cometido algún delito, deben ir a la cárcel o a un hospital mental?
“Partiendo de la teoría o hipótesis que se tratase de una persona antisocial, necesita realmente una rehabilitación que es muy especial y que generalmente en países de primer mundo existen pabellones que están ocupados solamente por este tipo de pacientes, o debe someterse a un tratamiento muy especial, porque es muy difícil la rehabilitación, no imposible pero sí difícil, porque es alto el índice de resistencia que presentan, porque ya constituye una parte de su personalidad el hecho de infringir las leyes”, remarcó el médico.
Por último indicó que también existen distintos grados de gravedad de la psicopatía, y esto también influye en un eventual tratamiento de rehabilitación.