El sombrero se resiste a desaparecer

El sombrero puede ser un accesorio que ya no se usa con los trajes; pero su presencia en el campo es casi vital. Sirve para protegerse del clima y como un distintivo. Aquí, conocemos la historia de una familia que vive del oficio de hacer sombreros.

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Blanca Brítez de Rojas se defiende y dice: "Yo también fabrico los sombreros, aunque mi marido es el que heredó la empresa". "Ayudo a coser y a venderlos", añade.

Doña Blanca responde esto porque le preguntamos quién es el dueño del negocio y quién fabrica los sombreros. "Yo te puedo contar todo", confiesa.

El dueño de uno de los locales que vende sombreros en la Expo -en la sede de la ARP en Mariano Roque Alonso - se llama Rubén Rojas Sotelo. Don Rubén no está en su tienda en la tarde de este martes pero está la que manda: su señora, doña Blanca.

"Él empezó a los 12 años con su tío. Empezó a hacer sombreros. Eso era en la década del '70, cuando el cuero paraguayo era más lindo. Ahora parece que exportan todo el cuero lindo de Paraguay y tenemos que traer cuero lindo de la Argentina para poder fabricar los sombreros", relata doña Blanca.

Pero después el tío de Rubén Rojas Sotelo, el que inició el negocio, murió. Él se llamaba Rafael Sotelo y fue quien creó la empresa que se dedica a hacer sombreros.

"Conservamos el nombre de la empresa y me casé con él. Y desde eso vendemos sombreros a Ciudad del Este, San Pedro, Chaco, y hasta en Central. Cuando comenzamos, comenzamos con una máquina de coser, la más barata y llevábamos los pedidos en bolsa, en colectivo", cuenta doña Blanca. Agrega que las cooperativas del campo son las que más pedidos hacen.

Y llega la pregunta inevitable. ¿Cuáles son los mejores sombreros y cuáles son sus precios? Los mejores sombreros son los de cuero. Pero también los hay de piel de kurijú y de tela. Sobre gustos no hay nada escrito.

El precio del sombre de cuero oscila entre los G. 100.000 y los G. 280.000. El de kurijú llega a los G. 350.000 y el clásico y siempre bien ponderado sombrero panamá, el tradicional sombrero caribe, cuesta G. 300.000.

"Tengo clientes que tienen colecciones de sombreros y siempre vienen a ver qué o cuál les hace falta. Ayer mismo vino un señor que vino a comprar un sombrero para una cena", dice doña Blanca Brítez de Rojas.

La señora también dice, como una persona que lleva años en el negocio de vender sombreros, que cuando una persona entra a su local ya sabe si va a comprar algo o no. Es algo que se gana con el tiempo, tal vez.

¿Y el negocio cómo va? Doña Blanca no se queja. Dice que la variedad de productos de cuero que tiene su tienda le permite subsistir y que hace seis años está en la Expo. Todo se hace a mano y con máquinas de coser en una casa-fábrica ubicada en Luque que se llama como su local, "El Norteño". Cada día se hacen, por lo menos, entre 50 a 60 sombreros de cuero. Sombreros que se resisten a desaparecer.

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