El guaraní y la eliminación de ceros

Un paraguayo residente en EE.UU., lector de ABC Color, remitió un análisis sobre la eliminación de los tres ceros en nuestra moneda nacional.

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El BCP había presentado el proyecto “Nuevo Guaraní” recién en enero de 2011, por el surgimiento de algunos cuestionamientos, por ejemplo, el impacto que suponía el cambio para la informática, en el sistema fiscal y el costo del programa de reconversión, entre otros.

Entre 2011 y 2012, el proyecto quedó estancado en el cajón de la Asesoría Jurídica del Poder Ejecutivo. No pudo llegar al Congreso, a pesar de que para ello solo hace falta una firma.

El proyecto fue reactivado por el BCP, y el ministro de Hacienda, Manuel Ferreira Brusquetti, señaló el miércoles a radio Ñandutí que el mismo actualmente está a consideración de la Presidencia de la República.

Ferreira Brusquetti agregó que nuestra moneda tiene acumulada una inflación de más de 60 años y por ese motivo se tienen valores elevados. “Yo estoy empujando eso, la gente del Banco Central ya me solicitó y estamos empezando a mover el sistema para sacar los tres ceros”, expresó.

De acuerdo con el proyecto que se venía manejando, los futuros billetes llevarían la inscripción de “nuevos” para diferenciarlos de los que están en circulación. Por ejemplo, un billete de 5.000 guaraníes tendrá impresa la denominación de "5 nuevos guaraníes".

La inscripción “nuevos” en los billetes estará vigente por dos años y a partir del tercero los que serán 5 nuevos guaraníes se quedarán simplemente con esa denominación.

En todos los casos, los billetes tendrán la mismas figuras que las actuales, solo que tendrían tres ceros menos.

El compatriota Óscar R. Estigarribia, residente en Estados Unidos, envió un análisis a este diario notando los pros y los contras con respecto a la posible implementación de este proyecto.

Exponemos el análisis a continuación:

Oscar R. Estigarribia, MBA

El recurso de eliminar ceros de un moneda ha sido aplicado desde hace varias décadas por un gran numero de países, unas veces exitosamente y otras con rotundos fracasos. Desde 1969, varios países se han visto forzados a utilizar esta solución en 71 ocasiones.

Este recurso fue utilizado por primera vez en Alemania, luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando el país experimentó una terrible inflación posguerra con una economía destrozada. Los países que llevan la delantera en la utilización de este recurso están en nuestra zona del Mercosur, y son Argentina (4 veces, eliminando un total de ocho ceros) y Brasil (seis veces, eliminando 18 ceros y rebautizando la moneda ocho veces – Cruzeiro, Novo Cruzeiro, Cruzado, Novo Cruzado, Real, etc.).

Es importante mencionar que este recurso es normalmente utilizado como parte de un completo plan de medidas monetarias y económicas diseñado para controlar un proceso inflacionario, reactivar la economía y restablecer la confianza en la moneda, problemas inexistentes en el Paraguay.

Algunos países han utilizado el recurso sin acompañarlo de las necesarias medidas económicas y monetarias necesarias, especulando solo de beneficiarse con el factor psicológico de la eliminación de ceros, y los resultados han sido rotundos fracasos.

Eliminar ceros de una moneda en sí no es malo. Pero depende mucho de las circunstancias y el momento económico y político de un país para que los efectos sean positivos, o no sean negativos. Hoy, en el Paraguay, el objetivo sería más formal que de fondo, ya que no existen razones económicas para recurrir a esta herramienta. Los efectos a la vista serían facilitar las operaciones financieras y contables, disminuir los costos operativos del manejo de efectivo al reducir el volumen físico manejado, menor volumen para el transporte de caudales, cajeros automáticos, efectivo en poder del público, etc., que no son razones de peso para promover la aplicación de este recurso.

Por otro lado, es muy importante considerar el factor psicológico, es decir cómo toma la población una situación como esta y cómo la interpreta, algo bastante riesgoso. Si el Gobierno goza de credibilidad y el plan es ampliamente difundido, comentado y se educa a la población, es muy probable que el efecto sea positivo, reforzando la confianza en la moneda; pero debemos recordar que la población paraguaya no conoce este tipo de medidas, ya que la introducción del guaraní data de 1944, y este sigue vigente, sin cambios y extremadamente estable comparado con otras monedas regionales, ¡desde hace casi 70 años! Dólar’í, como se lo conocía en las décadas del 60 y 70. Todo un gran logro para nuestro país.

El problema que yo veo es que si la población no confía en el Gobierno, podría interpretarlo como un paso previo para una devaluación importante, con lo cual se perdería la confianza local en el guaraní, con la obvia búsqueda de los ahorristas de mudar sus carteras a monedas fuertes, lo que de hecho depreciaría nuestra moneda, con un efecto tal vez positivo para la economía, ya que eso favorecería las exportaciones, pero por supuesto esto es discutible en una economía que depende tan fuertemente de las importaciones, algo que debemos cambiar si pretendemos crecimiento económico y estabilidad a largo plazo.

Para muchos sectores de la población, el gobierno de Federico Franco no tiene legitimidad y obviamente no cuenta con la popularidad necesaria para implementar este tipo de medidas. Yo preferiría que esto sea archivado por el momento, que el próximo gobierno lo estudie amplia y detenidamente y si los análisis concluyen que los beneficios son mayores que los riesgos y el Gobierno cuenta con la necesaria popularidad, y lo hace correctamente, que lo implemente si las condiciones económicas son oportunas.

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