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Tampoco están de acuerdo con la solicitud de la pérdida de distinciones como hijo dilecto de Horqueta y de poseedor de la llave de honor de esta ciudad que fueron entregadas al exministro de Justicia Miguel Óscar Bajac, hijo de Julio Bajac, durante la inauguración del Palacio de Justicia.
Mediante la gestión de Bajac se construyó en esta ciudad el Palacio de Justicia, en cuyo costado se encuentra la calle que tenía el nombre del padre de Bajac que se interconecta con la ruta V "Gral. Bernardino Caballero".
La moción del cambio fue presentada por el concejal Ronald Federico Rojas (PLRA) en la última sesión de la Junta Municipal, realizada el miércoles y aprobada por la mayoría de los ediles.
El comunicado, que firmaron el presidente del comité del PLRA, Andrés Rojas (diputado), junto con los miembros Jorge Centurión, Dalvina Arzamendia, Alcira Cabrera y Teresa Fleitas, indica que la decisión de los concejales atenta contra el orden legal. Supuestamente, la decisión está violando el principio de la presunción de inocencia y, por sobre todo, tomándose atribuciones propias de los organismos de la justicia ordinaria.
En otro párrafo, el documento expresa que consideran que todo homenaje, distinción y reconocimiento es otorgado por justa causa a quienes colaboran con el desarrollo del distrito y su gente por parte de las autoridades contemporáneas a estos actos.
También señala que apuestan a la colaboración al desarrollo y el crecimiento del distrito sin desmeritar a los grandes personajes de nuestro medio y creen que la urbanización expansiva de nuestra ciudad homenajeará a todos ellos plasmando sus distinguidos nombres en las nuevas calles.
En el comunicado, los dirigentes del comité instan a los concejales liberales a ordenar sus ideas dentro de la representatividad que se les confío al ser elegidos a través del voto directo. En ese sentido, piden que cumplan con sus funciones en el marco institucional correspondiente y, en el mismo sentido, a no tomarse atribuciones ajenas a sus funciones.
Por otra parte, llaman a la ciudadanía en general para dar seguimiento continuo al desempeño de las funciones de las autoridades, celebrando lo bueno y criticando lo malo, estableciendo esta costumbre como un hábito fundamental para el progreso en general.