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Olmedo dijo ser la persona que aparece con campera azul en medio de los tres detenidos.
“Me agarraron, me esposaron, me tiraron en el suelo, y me torturaron”, recordó el campesino, que actualmente se encuentra con prisión domiciliaria en la Colonia Brítez Cue, departamento de Canindeyú.
Asimismo, reconoció a sus compañeros Felipe Balmori, recluido en el penal de Tacumbú y en huelga de hambre, y Richard Barrios, puesto en libertad luego de aceptar su culpa a cambio de un procedimiento abreviado.
Reiteró que tras su detención, fue torturado por los policías que en todo momento le exigían el nombre de quien encabezó toda la masacre.
“Estuvo tres días en el calabozo en Curuguaty, luego me trasladaron a Oviedo, a Aguapey, tras 59 días de huelga, obtuve prisión domiciliaria”, comentó Olmedo, en comunicación con Radio Ñanduti.
“No hubo ejecuciones”, aseveró esta tarde el fiscal Jalil Rachid, tras la denuncia hecha por la senadora Desirée Masi.
Desirée Masi, senadora del Partido Demócrata Progresista (PDP), dijo durante la sesión de este jueves que lo que pasó en Curuguaty en junio de 2012 fue una ejecución, según lo que se pudo ver en fotos inéditas a las que accedieron recientemente.
Estas imágenes fueron acercadas a los senadores esta semana, explicó Masi. Anunció que presentarán los archivos como pruebas para la investigación que desde hace años se lleva adelante.
La parlamentaria explicó que en las imágenes se puede ver que los cuerpos tenían las manos esposadas, lo cual es una clara señal de que las víctimas fueron ejecutadas, no precisamente heridas en un enfrentamiento.
Que haya habido una ejecución en plena democracia es una violación al estado de derecho, resaltó la legisladora.