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El 29 de mayo pasado, la Comandancia de la Policía anunciaba el relevo del Comisario Antonio Gamarra como jefe de la Segunda Zona Policial. El cambio se produjo luego de dos años, nueve meses y veinte días en el cargo.
Gamarra se convirtió en los casi tres años de gestión en el hombre clave en las fuerzas policiales en la lucha contra el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). De hecho, los malvivientes intentaron atentar contra su vida en varias oportunidades. En su reemplazo fue nombrado el comisario Arístides Villalba, de amplia trayectoria y reconocida formación.
Villalba duró en el cargo poco más de un mes, pues el pasado 4 de julio, en medio de una movida generalizada en las fuerzas policiales, se anunciaba que el comisario volvía a Asunción para convertirse en nuevo jefe de Orden y Seguridad, el tercer hombre más importante dentro de las filas de las fuerzas del orden.
En medio de esos cambios, el comisario Gerardo Pedro Sosa, quien un mes antes había sido nombrado jefe de Policía en el departamento de Amambay; era elegido como el sucesor de Villalba.
Sosa duró exactamente una semana en el cargo, pues en horas de la noche del pasado viernes, de manera sorpresiva, fue destituido. La llamativa movida fue ordenada por el mismo comandante, Crio. Gral. Francisco Alvarenga, quien designó al Crio. Princ. Pedro Leguizamón como reemplazante de Sosa.
El traspaso de mando se realizó el sábado, con la presencia del subcomandante de la Policía, comisario general Carlos Domínguez, quien no supo explicar el motivo del cambio.
Así, en apenas un mes y medio se tuvieron dos cambios en la cabeza de la Policía encargada de la lucha contra el grupo criminal EPP; todo en medio del secuestro del joven Arlan Fick, quien este lunes cumple 103 días en cautiverio; y la desaparición del suboficial Edelio Morínigo, quien fue capturado por los malvivientes hace 9 días, mientras estaba de cacería con sus compañeros.
Con los cambios, la búsqueda de ambos comienza de cero.