Detienen a uno de los supuestos asesinos de japonés

PEDRO JUAN CABALLERO. Agentes de Investigación de Delitos detuvieron a un sujeto que está sindicado como uno de los dos sicarios que asesinaron al ciudadano japonés Hiroyuki Sato el pasado viernes 29 de enero en esta capital departamental.

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El detenido fue identificado como Sandro Roble Gracia, paraguayo de 24 años. El mismo fue detenido esta tarde a las 13:30 en las intercepciones de las calles Brasil y Ruta V de la capital de Amambay, por agentes a cargo del Comisario Jorge Fernández, de Investigación de Delitos de la Policía Nacional.

Según los investigadores, el ahora detenido podría ser uno de los dos sicarios que acribillaron a tiros al ciudadano japonés en un típico asesinato por encargo.

Ahora los investigadores tendrán la oportunidad de indagar si verdaderamente Sandro Roble Gracia, es uno de los sicarios y de ser así, podrán identificar al segundo sicario y principalmente los autores intelectuales del crimen.

Según las pesquisas, el ciudadano japonés Hiroyuki Sato, se dedicaba a prestar plata en grandes cantidades a muchas personas conocidas de esta ciudad, incluso conocidos personajes de dudosa reputación y con conexiones con el narcotráfico.

Es así que incluso la policía ya habría demorado en dos ocasiones a dos de estas personas, quienes adeudaban al fallecido ciudadano japonés más de US$ 15 millones.

La víctima fatal, el ciudadano japonés Sato, incluso ya se habría apropiado de varias lujosas residencias e incluso una estancia de estas dos personas, cuyas identidades la Policía no quiere aún dar a conocer, ya que serían las dos personas más comprometidas en el crimen del ciudadano japonés.

Con la detención del que sería uno de los sicarios, se podrían obtener importantes datos, sin embargo, hay que destacar que en esta frontera el mandante de un asesinato siempre contrata a una persona que a su vez es el que contacta con los sicarios que finalmente realizan el "trabajo”.

Cabe destacar que las investigaciones sobre este asesinato resultaron en el descubrimiento de que el japonés, además de la enorme deuda que debía cobrar a estas dos personas, cuyas identidades se mantiene en reserva, tenía en su poder cheques con fechas adelantadas por mas de US$ 10 millones.

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