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Al respecto, Cecilia Rodríguez Alcalá, socia activa de la organización, indicó que se está beneficiando a 365 docentes y 17.536 estudiantes en las 35 escuelas de Caacupé. Dijo que, adicionalmente, el Centro Tecnológico Serranía cuenta con 9.365 beneficiarios, número que incluye a niños, jóvenes universitarios, emprendedores padres y ciudadanos en general, interesados en aprender a lo largo de toda su vida.
Actualmente, Paraguay Educa trabaja por convertir a Caacupé en un “centro de excelencia para la educación e innovación tecnológica”, mediante iniciativas tanto en el ámbito formal como no formal, que apuntan a lograr la “fluidez digital” de sus habitantes y utilizar la tecnología como herramienta de inclusión social.
Al responder la pregunta de qué les movió a crear Paraguay Educa, Cecilia contestó: “Hace diez años conocí a Raúl Gutiérrez, un genio informático, que se contactó con MIT para probar las primeras computadoras creadas especialmente para niños de escasos recursos. Cuando Raúl me comentó sobre el proyecto Una computadora por niño, me enganché inmediatamente, combinaba mis dos pasiones: educación y tecnología”.
Añadió que en un viaje a Boston (EE.UU.), hablando con la persona correcta en el momento justo, consiguió un millón de dólares de un donante extranjero para comprar las primeras 4.000 laptops. “Soñábamos con darles a los chicos la oportunidad de acceder a una educación de calidad y conectarse con el mundo”, resaltó.
Cecilia es una convencida de que la educación del siglo XXI debe entregar herramientas a los niños para enfrentar la “cuarta revolución industrial” y desarrollar sus proyectos de vida.
Dijo que es fundamental que la educación incorpore Big Data, robótica, inteligencia artificial, realidad virtual y el desarrollo de la inteligencia emocional, como elementos fundamentales para lidiar con un mundo cambiante. “No podemos seguir postergando la introducción de la tecnología y la innovación en las escuelas paraguayas”, advirtió.
Al destacar esta urgencia, dio que el 65% de los niños que empezaron la escuela primaria este año dedicarán su carrera profesional a trabajos que aún no existen. “Movidos por esta urgencia, con 23 años renunciamos a nuestros trabajos y creamos Paraguay Educa con un grupo de voluntarios comprometidos con la causa. Nuestra ambición no era menor: preparar a las futuras generaciones para participar de la sociedad de la creatividad”, expresó.
La experta compatriota afirmó que en América Latina se tiene el “desafío enorme” de pasar de un modelo agroexportador a un modelo basado en industrias y servicios creativos, lo que se conoce como la economía naranja. “La economía naranja hoy ya representa el 4% del producto interno bruto (PIB) de la región”, indicó.
Agregó que por esa razón, cuando arrancaron el proyecto Una computadora por niño, el principal objetivo de la organización consistía en evitar que los niños fuesen consumidores de la tecnología y que pasaran a ser creadores en este nuevo espacio.
Alertó, igualmente, que, para lograr que los estudiantes sean creadores en el mundo virtual, la clave está en introducir a los chicos a la programación, porque al programar, los niños desarrollan la lógica y el pensamiento crítico y aumentan su capacidad de resolver problemas. “También es una cuestión de autoestima, ya que, al crear, los chicos se apropian de su aprendizaje; y de la misma manera que aprender un idioma es mucho más fácil si uno empieza de niño, aprender la lógica de la programación es más fácil para los nativos digitales”, remarcó
Por otra parte, recordó que en 2008 eligieron la ciudad de Caacupé para la experiencia piloto, y aprendieron de la mano de los caacupeños la difícil tarea asociada a cerrar brechas sociales.
Comentó que una evaluación de impacto desarrollada por el Instituto Superior de Educación señala que, al menos, 60% de los niños del programa tenía un padre viviendo en el extranjero y 3/5 chicos eran trabajadores de la calle. “Gracias a la conectividad que instalamos en las escuelas, estos chicos podían vincularse con sus familias en el extranjero”, destacó.
Rememoró, asimismo, que “fue sumamente gratificante observar” cómo la tecnología llevó a un salto exponencial en el aprendizaje al poco tiempo de recibir sus computadoras.
Acotó que los niños pasaron de tener acceso solo a lo que escribían sus profes en las pizarras a tener acceso a bibliotecas digitales, a cursos virtuales, a foros de aprendizaje, a idiomas extranjeros, a aplicaciones educativas, a simulaciones y a un nuevo espacio digital para aprender en todo lugar y momento de manera colaborativa.
Cecilia Rodríguez Alcalá manifestó que también trabajan con formadores y docentes comprometidos con un cambio de paradigma educativo, buscando que los niños trabajen en grupos y con proyectos relacionados a desafíos de su entorno. “Al llevar sus computadoras a la casa, la tecnología pasó de ser una herramienta de la escuela a una herramienta para el desarrollo de toda la comunidad”, resaltó.
Sobre el punto, dijo que los chicos les enseñaban a sus hermanos, a sus padres, abuelos y vecinos cómo aprovechar la tecnología para investigar sobre temas de salud, para sus negocios familiares, o para tomar decisiones más informadas en el día a día.
“Hemos realizado cuatro evaluaciones externas que señalan el impacto del proyecto en la autoestima: la creatividad, la ciudadanía activa, la colaboración y el rendimiento académico de los niños”, expresó.
Subrayó que, para lograr un impacto integral, es importante destacar que Paraguay Educa siempre introdujo la tecnología con un equipo dedicado a la formación y monitoreo dentro y fuera del aula. “El acompañamiento es esencial en cualquier proyecto tecnológico”, advirtió.
Asimismo, afirmó que en el futuro se imaginan a “Paraguay Educa” liderando el desarrollo de software educativo y cursos virtuales que pueden ser utilizados tanto a nivel nacional como internacional.
“Nos imaginamos a Paraguay Educa apoyando la creación de un polo tecnológico de innovación, donde escuelas, empresas, universidades y el sector público colaboren para resolver problemas nacionales con tecnología de punta”, destacó.
Afirmó que el rol de la organización civil siempre estará asociado al trabajo en redes, articulando sectores, ideas y personas para poder llevar a cabo una política de tecnología educativa a escala nacional.
“Nos imaginamos a Paraguay Educa como referente para el Plan Nacional TIC, trabajando en la transferencia de conocimiento al Estado, implementando estándares de calidad de la mano de ISTE e innovando constantemente”, enfatizó.
Cecilia manifestó que transformar la educación para afrontar la cuarta revolución industrial debe ser una prioridad de todos los paraguayos.
“Por eso solicitamos a las autoridades, a nuestros donantes del sector privado y a todos los que nos acompañan en esta cruzada no quedarnos solamente en Caacupé. Lleguemos a más escuelas, a más ciudades y al millón de niños paraguayos para así desarrollar competencias del Siglo XXI a escala nacional”, desafió.
Finalmente, dijo que se imaginan a Paraguay Educa siendo parte de la vida de cada uno de los niños y jóvenes que pasaron por el programa, que son -sin duda- los agentes de cambio de nuestro país.
Los dirigentes de “Paraguay Educa” realizarán mañana un evento en el que se recordará la década de proyectos y desafíos desarrollados, con la participación de dos exponentes del extranjero. Ellos son Richard Culatta (Estados Unidos) y Tomás de Camino Beck (Costa Rica).
Richard Culatta es un reconocido líder internacional en innovación y aprendizaje. Su trabajo se ha centrado en la utilización de tecnología para acelerar la innovación en el ámbito educativo, de las empresas y del gobierno.
Fue director de la Oficina de Tecnología en la Educación a nivel federal durante el gobierno de Barack Obama. En ese rol se enfocó en expandir la conectividad a internet de las escuelas de todo el país, promoviendo la personalización de la educación y desarrollando un plan de plan nacional tecnología educativa.
Actualmente, es CEO de la Sociedad Internacional de Tecnología Educativa (ISTE), una organización sin fines de lucro a nivel mundial que busca transformar la enseñanza y el aprendizaje e innovar mediante la introducción de nuevas tecnologías en el sistema educativo.
ISTE hoy cuenta con 126 países miembros y ha sido pionera en la creación de estándares globales, promoviendo programas basados en la evidencia para el desarrollo profesional de docentes, mentorías, redes de aprendizaje virtuales, y eventos orientados a tecnologías de vanguardia y reflexión pedagógica.
Por su parte, Tomás de Camino Beck es cofundador y codirector de la Fundación Costa Rica para la Innovación, y cofundador de Inventoría (laboratorio de fabricación digital). Codirector de la especialidad en Innovación y emprendimiento de la Universidad Lead.
Fue director y fundador del centro de investigación para la innovación (CINNO), y el fundador del primer laboratorio de fabricación digital de Costa Rica, Universidad Veritas. Ph.D en Biología matemática de la Universidad de Alberta, Canadá; M.Sc. (summa cum laude) en Ciencias de la Computación del Instituto Tecnológico de Costa Rica y B.Sc. en Ciencias Biológicas de la Universidad de Costa Rica.
Además, cuenta con posdoctorados en matemáticas de la Universidad de Alberta, y de modelos matemáticos de control de invasiones biológicas en Penn State University, EE.UU. Ha trabajado como profesor en la Universidad de Costa Rica, Instituto Tecnológico de Costa Rica, Universidad LEAD y Universidad Veritas.
Es investigador asociado de el centro de investigación en matemática pura y aplicada e la UCR. Ha publicado múltiples artículos científico técnicos en revistas de prestigio, escrito varios capítulos de libros y artículos de opinión en periódicos.
En el 2008 ganó el premio Lee Siegel de la editorial Springer, por al mejor artículo original de la sociedad de biología matemática. Es, además, gestor de innovación y miembro fundador de la asociación de gestores de innovación de Costa Rica.