“Desgraciadamente me salvé”

Para Juan Pedro Schaerer resultó una desgracia no haber sido víctima de secuestro en junio de 2003, ya que este frustrado ilícito antecedería al de su hijo Christians, que hasta hoy no fue resuelto.

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En conversación en los estudios de ABC Cardinal, el padre del joven correntino rememoró paso a paso el calvario que se inició el 21 de setiembre de 2003 y que hasta hoy no concluye, a pesar de la detención de quien se considera el cerebro del plagio extorsivo de su hijo, Rodolfo José Lohrmann, pero que no trae calma a la familia, ya que aún no encuentran a Christians.

Según el padre, todo comenzó en junio de 2003, cuando intentaron asaltarlo y secuestrarlo a él. En aquel entonces, las autoridades de la época desconocían que este ilícito no concretado formaba parte del recorrido de una banda criminal transnacional con ramificaciones en Argentina, Brasil y Paraguay.

Para Juan Pedro Schaerer, “desgraciadamente” se salvó de aquel episodio, puesto que meses después dicha banda ejecutaría el secuestro de su hijo Christians, a poco de regresar a su vivienda en Corrientes tras participar de los festejos por el Día de la Juventud. En medio de ambos hechos, la banda ejecutó el secuestro de María Mercedes Elizeche.

“Fue una venganza porque no me pudieron secuestrar a mí; de hecho, en una primera comunicación me dijeron 'vos zafaste, pero ahora tenemos a tu hijo, así que prepará la plata'”. Ellos han cometido innumerables delitos en Paraguay y su objetivo era conseguir dinero”, agregó.

La familia pagó un total de US$ 277.000, antes de lo cual hubo sucesivas comunicaciones telefónicas, algunas desde el Brasil, otras con líneas argentinas, todas sin la posibilidad de ser rastreadas. Una vez que los delincuentes se alzaron con el dinero, ya no hubo contacto alguno con la familia. Durante las negociaciones, los captores pidieron que el otro hijo se encargue del pago, a lo que el padre se negó, ya que temía que también fuera secuestrado.

La identificación de los responsables fue posible mediante una conversación entre el papá y Cynthia Pérez Toranzo, detenida por el secuestro de María Elizeche y quien alquiló una casa contigua a la de Schaerer para vigilar sus pasos. La mujer reconoció a la gavilla de Lohrmann a través de fotografías, no así por sus nombres.

De acuerdo a las averiguaciones impulsadas por el propio Juan Pedro Schaerer, se supo que su hijo estuvo por Brasil, luego pasó a Posadas y de allí al departamento de Itapúa, específicamente en el distrito de Edelira, en base al testimonio de una mujer ligada a la banda de Carlino Rojas Morel, paraguayo residente en Misiones que habría retenido como cautivo a Christians.

Según la testigo de nombre Mariela Rojas, Juan Pedro Schaerer estuvo a escasos 100 metros del lugar donde tenían a Christians. Fue así que una noche antes de un allanamiento en 2004, los secuestradores decidieron cambiar de sitio, ante la posibilidad de ser descubiertos.

A más de una década de intensa búsqueda, Juan Pedro se mantiene en la fe de que encontrará a su hijo, pero para ello considera fundamental que la justicia paraguaya extradite a Lohrmann y a Maidana.

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