Desde tunitas hasta helados de yogur

Como cada año, la festividad de la Virgen de los Milagros de Caacupé es una oportunidad para miles de compatriotas de lograr ingresos económicos para prepararse a festejar Navidad, Año Nuevo y el día de Reyes.

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Este año la cantidad de vendedores que convergen en los alrededores de la Basílica menor de Caacupé es impresionante y ofrecen una variadísima gama de artículos, desde tunitas hasta helados de yogur caseros. En el trayecto de la fe, desde el desvío a San Bernardino hasta el desvío a Piribebuy también se encuentran puestos de diferentes artículos, prendas de vestir, bebidas, alimentos, entre otros.

En los alrededores de la Básilica y en la zona de Tupasy Ykua abundan los remeras, quepis, pantallas, sombreros y otros artículos conocidos como  "Recuerdos de Caacupé" o "Caacupé Poty", imágenes de la Virgen, juegos de pesebres, alcancías, bidones para el agua bendita del Pozo de la Virgen, entre muchos otros.

Entre los vendedores se encuentran locales y otros venidos de diversos puntos de nuestro país para probar suerte o conseguir el milagro de la Virgen de Caacupé para obtener buenos ingresos. Uno de ellos es Andrés González del barrio Santa María de la Villa Serrana, quien ubicado al costado de la calle Presbítero Ayala Solís, en las adyacencias de la Basílica menor, ofrece tunitas y orquídeas plantadas en porciones de tallos de Amambay o chachi con forma de burrito o en planteras elaboradas de takuara (bambú) combinadas con otras maderas.

Las orquídeas las vende a G. 25.000 y las tunitas a 20.000. Comentó que desde los 10 años, hace 32 años, se dedica a comercializar las plantas. Se inició con sus abuelos Fidelino González y María Teresa Leguizamón de González.

González mencionó que también los domingos aprovecha la concurrencia de devotos para la tradicional misa dominical para vender sus productos.

A metros del puesto de González se encuentra Rosy Ruiz Díaz (32), del barrio Gral. Díaz. Ella se dedica a la venta de chipa desde los 13 años. Ofrece a G. 2.000, 5.000 y 10.000 el tradicional alimento paraguayo.

Rosy dijo que en comparación con años anteriores disminuyó la venta del producto, que tal vez se deba al aumento de vendedores. También dijo que este año la Municipalidad de Caacupé les cobra G. 300.000 por un puesto para una canasta de chipa por los 12 días de la festividad, desde el 28 de noviembre hasta el 8 de diciembre; el año pasado no alcanzó G. 200.000, indicó.

Graciela Benítez (44) llegó desde el barrio María Auxiliadora de la ciudad de Atyrá para vender cómodas zapatillas de cuero. Desde hace cinco años está presente durante la festividad mariana y como en ediciones anteriores esperaba obtener una buena recaudación.

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Desde el distrito de San Antonio (Dpto. Central) llegó a la Villa Serrana José Duré, un joven vendedor de deliciosos helados de yogur caseros. El jueves vendió todo su stock de 300 unidades a G. 2.000 y ayer tenía similar cantidad.

Señaló que un peruano, a quien solo recuerda como “Perú”, le enseñó a elaborar los coloridos helados de yogur, que suele vender durante los partidos en el estadio Defensores del Chaco o de los clubes más grandes de nuestro país.

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