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Más de 150 personas se dieron cita al seminario Innovación Social y Desarrollo Regional organizado por el Instituto Social del Mercosur (ISM) que contó con la presencia de panelistas internacionales como Fernando Calderon, Federico Perazza y Miguel Ángel Contreras.
Fernando Calderón, sociólogo y experto en la temática resaltó que la región tiene convergencias y divergencias sobre cómo enfrentar los desafíos relativos a la innovación productiva, la equidad y el deterioro del medio ambiente. Destacó además el potencial de los actores estratégicos para renovar la política y el desarrollo.
Calderón expresó que el desarrollo es un proceso individual y colectivo, cuyo eje central es la dignidad humana. Puso énfasis en que la democracia como orden institucional y como una construcción plural y sustantiva permite repensar el desarrollo, entendiendo que este no podrá avanzar mientras exista desigualdad social.
Recordó la importancia de la participación cada vez mayor de la mujer en la política, su capacidad de agencia ciudadana y el creciente peso de los jóvenes y de la denominada generación de la tecnosociabilidad en el imaginario político. También expresó que resulta notorio el rol de países, llamados a convertirse en líderes regionales, el estado actual de la integración latinoamericana y las formas en que ciudadanos y gobernantes buscan construir el futuro de América Latina.
Por su parte Miguel Ángel Contreras, director del Instituto Social del Mercosur habló de desarrollo, sujetos sociales e innovación. Entre otras cuestiones, resaltó que la innovación social parte del desarrollo de capacidades de la gente. Abordó la necesidad de indagar alternativas al desarrollo, de crear y recrear nuevos espacios, mediante la ampliación e innovación de prácticas socioculturales, que formen parte de un proceso que atienda y entienda a las diferentes poblaciones. Esto significa también, superar el modelo neoclásico de las políticas sociales, atendiendo dicho proceso.
A su vez, el embajador uruguayo en Paraguay, Federico Perazza, remarcó que la innovación social plantea una forma diferente de relacionamiento entre el Estado y la sociedad. Recalcó que las políticas integrales de cuidado desarrolladas en Uruguay son una muestra de innovación social que permite pensar e incluir con perspectiva de género a todos los colectivos sociales y de forma especial a las personas con discapacidad y personas adultas mayores. Esto permite además que, tanto la salud como la educación y la seguridad social sean pensadas desde el derecho y no desde la lógica de mercado.