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Los afectados son miembros de la familia Acuña del barrio San Agustín, quienes señalaron que el pasado 28 de agosto se encontraban celebrando el dia del santo patrono de la comunidad San Agustin en la vereda de la vivienda.
En un momento determinado, un grupo de personas con armas de grueso calibre, vestidos de civil y sin sus respectivos carnets identificatorios llegó hasta el domicilio, los mismos manifestaron al dueño de casa que eran policías y que iban a detener a una persona identificada como Gustavo Cuéllar, amigo de la familia quien estaba compartiendo en el grupo.
Según los afectados, los policías actuaron con mucha prepotencia contra Cuellar en todo momento y hasta le tiraron al suelo para esposarlo y llevarlo a la Comisaría octava de Santani, de donde fue liberado en el mismo día por orden de la fiscal, Irma Arias, por no encontrar evidencias que lo vinculen con algún ilícito.
Rosana Acuña, una de las denunciantes aseveró que los uniformados realizaron un atropello de domicilio sin tener ninguna orden judicial y además actuaron con total brutalidad con la gente que estaba en el lugar, refirió. Afirmó que este tipo de agentes no pueden seguir en la zona y adelantó que solicitarán a los superiores que los mismos sean trasladados.
Por su parte, el jefe de la referida sección, subcomisario Pablo Zelaya manifestó que los subalternos actuaron de esa manera debido a que manejaban información de que en la camioneta que tenía Cuéllar en su poder, habían algunos objetos guardados de dudoso origen y este se habría negado a la verificación. Sin embargo al momento de la verificación en sede policial, no hallaron elemento alguno que se ajuste a las sospechas de los uniformados.
Según el uniformado, previo al procedimiento se solicitó al Ministerio Público la orden de verificación del rodado, pero los afectados recalcaron que el documento no fue exhibido.