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El hecho ocurrió en la noche del sábado cuando Patricia Rodríguez llegó hasta el local de “Pirata Bar”, ubicado en el microcentro de Asunción, como acostumbra cada fin de semana. Rubén Salinas, guardia del lugar, no le permitió ingresar alegando que la nueva disposición del lugar era no permitir ingresar a personas con sobrepeso.
“Supuestamente por el tema de los incendios, o casos de emergencias, que iba a ser imposible sacar a personas con sobrepeso”, alegó el guardia, según cuenta Patricia.
Seguidamente, el guardia le dijo que por ser cliente habitué le permitiría ingresar: “Esta vez, pero el próximo finde ya no”, le señaló.
Como llegaba hasta el lugar para festejar el cumpleaños de una amiga y el Día de la Amistad, decidió ingresar igualmente y pagar por el ingreso.
“Esto que me pasó es simplemente un completo atentado contra mi dignidad e integridad. Lo más simpático de todo es que al entrar había cada personaje en short y champión, o sea, un desastre. Un ‘marihuano’ puede entrar tranquilamente, pero un obeso no”, escribió Patricia en su perfil en Facebook.
Posteriormente, según cuenta Patricia, un joven con sobrepeso también intentó ingresar, pero no le permitieron. Después –al ver el afectado que ella sí pudo ingresar– el guardia finalmente le permitió el ingreso.
“Yo soy una mujer segura de sí misma –cuenta Patricia–; pero me pongo en los zapatos de la persona que no tiene la fortaleza para afrontarlo. Ser gordo o gorda es muy difícil. Yo soy feliz, pero es muy difícil para cualquier persona”, agregó.
Esa misma noche, horas después, el guardia de seguridad Rubén Salinas le aseguró que no era su intención discriminarla, sino que “son órdenes de arriba, de los dueños”.
“En serio, no es mi culpa, son órdenes de arriba”, le aseguró Salinas.
Igualmente, al llegar hasta el baño, una señora le remarcó que no habría sido decisión de Salinas, sino que una nueva disposición de los dueños.
Roger Careaga, dueño y administrador del local nocturno, aseguró a ABC Color que solo se trató de una “mala interpretación”.
“Fue una mala interpretación de los guardias seguramente. Un mal entendido. Jamás hubo un tipo de disposición de esa clase. Es ridículo poner una disposición como esa”, expresó.
En tanto, Careaga sí reconoció que el local tiene ciertas reglas de admisión, como: prohibir el ingreso de menores de edad, a personas alcoholizadas y aquellas que no cuiden las vestimentas.
Acerca de las palabras del guardia Rubén Salinas, Careaga aseguró que es imposible la existencia de tal disposición. “Interpreto mal o dijo nomas ya por él mismo… Jamás tuvimos esa disposición”, reiteró.
Finalmente, agregó que habló con la afectada y que le pidió las debidas disculpas.
La joven, por su parte, refirió su poca voluntad de regresar a dicho lugar, para no volver a pasar “la vergüenza de la vida”.