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Los datos proveídos por personas que conocen el lugar indican que unas 10 hectáreas fueron las que el propietario de la hacienda, un brasileño de apellido Vivaldi, habría deforestado sin ningún tipo de documentación.
Posteriormente, en unas 60 hectáreas se realizaron supuestamente limpieza, pero se habría aprovechado un incendio forestal que se inició en una propiedad colindante con la estancia del extranjero para derribar árboles y fabricar carbón.
Todo esto sin ningún tipo de permiso; además, el lugar deforestado estaría ubicado en las cercanías del río Ypané, lo que agrava más la situación.
De acuerdo a las informaciones, la zona es considerada como uno de los lugares donde transitan grupos armados y presuntamente eso es aprovechado por el propietario de la estancia para realizar los desmontes, ya que no se realizan controles ambientales en esa jurisdicción por temor.