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Los labriegos, quienes trabajan de la Colonia RI Sur, del distrito de Juan E. O’Leary, departamento de Alto Paraná, denunciaron atropellos violentos e injustificados que han venido sufriendo por parte de sus propios vecinos. Los acusan de estar influenciados y dirigidos ideológicamente por el senador Paraguayo Cubas, del movimiento Cruzada Nacional.
Luisa Leite, denunciante, mencionó que ella y su familia, integrada por su esposo y sus seis hijos, son víctimas de terribles episodios de violencia, que incluso han llevado a la detención completamente arbitraria y sin ningún tipo de proceso de dos de sus hijos, Héctor Daniel Bays Leite (25) y Aldemir Bays Leite (23), además de su esposo, Ari Icnacio Bays, quienes fueron presos a la Penitenciaría de Coronel Oviedo.
Explicó que no pueden entender cómo la Policía y la Fiscalía han actuado de esta manera, pues las personas que los atacaron están libres y sus dos hijos, así como su esposo, quedaron presos.
Refirió que el 22 de noviembre pasado, un grupo de personas enviadas -según la denuncia- por el senador Paraguayo Cubas entraron a agredirlos con machetes, pistolas, rifles e incluso hachas, produciéndose hechos de sangre. El supuesto reclamo es porque ellos siembran soja en su chacra, pero los labriegos argumentan que no pueden cultivar solo un tipo de producto, pues necesitan dinero para pagar las cuentas que genera la producción y dividir parte de su parcela para cultivar soja es lo único que les deja algo de dinero.
Ellos aseguran que pagaron por su propiedad, que tramitaron en el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), y que son paraguayos y no brasileños como denuncia Paraguayo Cubas, y aseguran que tienen los certificados de adjudicación que prueban que adquirieron estas tierras del ente estatal.
El 22 de noviembre pasado, Héctor Daniel Bays Leite (25), Aldemir Bays Leite (23) y Ari Icnacio Bays, el padre de ambos, fueron detenidos tras ser llevados por los policías bajo engaños, pues les dijeron que solo irían “a declarar”, tras el enfrentamiento ocurrido en su propiedad. Luisa Leite afirma que en realidad la cuestión ideológica de la soja no sería el problema, sino que el trasfondo sería que estas personas quieren quedarse con sus tierras.
Entre 20 y 25 hombres fueron los que, según la denunciante, entraron a atacarlos mientras ellos estaban trabajando en su chacra. La familia asegura tener videos del momento del atropello.
Lo que más lamenta la señora Luisa es que el fiscal Miguel Alvarenga, ante el cual fue a hacer la denuncia, “hizo al revés las cosas: los inocentes fueron a la cárcel y los malhechores están afuera”.
Por fortuna, días después, ella consiguió que le dieran la prisión domiciliaria a sus dos hijos y su esposo, pero reconoce que tuvo que “coimear” al juez, con un dinero que le fue solicitado por su abogado para entregárselo al magistrado.
Si bien se siente un poco más aliviada de haber sacado a sus familiares de la penitenciaría, tampoco le parece justo lo que están viviendo, pues la prisión domiciliaria les impide trabajar, y si tres miembros de su casa no trabajan, las deudas que han contraído para producir no podrán pagarse.
Luisa también se refirió a la acusación de sus atacantes, quienes les dicen que “son brasiguayos sojeros”, y así justifican la violencia. Ella reconoció que su esposo sí es “brasiguayo”, pero que ella y sus seis hijos son paraguayos, por lo tanto, consideran que tienen derecho a trabajar y vivir tranquilamente en Paraguay.
“Hace 14 años que estoy ahí; por la tierra yo ya pagué todo al Indert. Tengo seis hijos paraguayos, uno de ellos con discapacidad; trabajamos todos juntos desde que eran chicos. Duele, porque son vecinos y nunca peleamos con nadie, y se van... Ese Paraguayo Cubas manda a un político y al intendente y hacen una reunión, y luego nos atacan. Ellos deberían hacer reunión con todos, no con unos cuantos”, criticó Luisa Leite.
Leite añadió que esta es la segunda vez que fueron a agredirlos. La primera vez no pudieron hacer nada porque la Policía llegó antes y retrocedieron.
Aclaró que el senador Paraguayo Cubas no va en persona al lugar a ordenar los ataques, pero denunciaron que él envía a estos campesinos.
“Les dieron caña, vino, galleta, salame; les emborracharon y ahí nos atropellaron, no solo a nosotros sino también a otros vecinos. Pegaron y persiguieron a mujeres con hijos. Lo que más duele es que son nuestros vecinos, gente que antes nos ayudaba a que no se mojen nuestras plantaciones, ahora están en nuestra contra. No sé qué les pasa, qué les dijeron para que sean así”, lamentó la denunciante.
Añadió que el día del ataque bajaron a uno de sus hijos del tractor y le pegaron, así como a su marido. Incluso, refirió que su hijo estuvo a punto de recibir un disparo de uno de los atacantes, pero de milagro las balas no salieron pese a tres intentos. Refirió que el autor de este intento fue un hombre a quien identificó como Agustín Núñez.
Contó que en la colonia en la que vive se organizan por comisiones y recomiendan a sus vecinos que en la mitad de la parcela siembren lo que van a comer y en la otra mitad soja, porque eso es lo único que les permite que les sobre un poco de plata. “Así nos ayudamos, nos organizamos por comité; eso es lo que nos permite conseguir maquinarias”, contó.
También mostró preocupación porque a raíz de todo lo ocurrido ahora los hombres de su casa no pueden trabajar y las deudas por todos los créditos que adquirieron se les vienen encima. “Nosotros ya estamos debiendo ahora, ya sacamos el abono y la semilla para trabajar, y sacamos el gasoil para trabajar en el silo. ¿Cómo ahora vamos a pagar todas esas cuentas?”, se preguntó la denunciante.
El senador negó rotundamente que las amenazas sean de su parte, y se ofreció a ir a buscar a las personas que están cometiendo este tipo de amedrentamientos. “No podemos permitir eso bajo ninguna circunstancia. Vamos a ir buscarle a esa gente que los están amenazando. Aseguro que no es de mi parte”, sentenció el senador.
Se ofreció además a ordenar que se analice el expediente de las detenciones en el Ministerio Público. “Si me dicen dónde está, podemos ver cuál es su carátula, ver qué contiene y ayudarles”, garantizó.
Al insistírsele una vez más si este episodio no forma parte de los últimos viajes que él realizó semanas atrás, en donde justamente tocó el tema de los brasiguayos y el conflicto de la soja, recalcó que este recorrido lo hizo en otras zonas, como Guahory y Pindo’i. “Ese viaje lo hice hace como un mes; tengo videos de lo que hice, pero no hablé con ninguna familia, y está demás decir que no le pedí a ningún paraguayo que haga una cosa de esa naturaleza”, afirmó, al tiempo de añadir que tiene interés en denunciar a la gente que cometió estos actos violentos. “Que ellos me orienten dónde es y vamos a averiguar”, aseguró.