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Si bien en un principio las autoridades del Ministerio de Salud trataron de poner paños fríos a la situación, diciendo que “no había alerta”, finalmente la entidad declaró la alerta epidemiológica por dengue, zika y chikunguña.
La situación a nivel país está grave. Los tres virus se transmiten por el mismo vector, el mosquito Aedes aegypti y, por si eso fuera poco, las tres afecciones tienen síntomas muy parecidos. Ante tantas semejanzas, muchas personas están confundidas y con temor. Sin embargo, cada virus tiene una característica diferente, y, si se presta atención, hay manera de individualizarlos. Para intentar ayudar a la población, preparamos este informe en el que te ayudamos a distinguir entre los síntomas del dengue, el virus del Zika y la fiebre chikunguña.
La doctora Águeda Cabello, directora de Vigilancia de la Salud de Ministerio de Salud Pública (MSP), explica que es mucho más fácil distinguir entre la fiebre chikunguña y el dengue, pues son familias virales distintas y no hay reacción cruzada. Sin embargo, para distinguir entre dengue y zika sí se pueden presentar algunos inconvenientes, porque son enfermedades clínicamente muy parecidas, y laboratorialmente puede haber reacción cruzada. ¿Qué significa esto? Que incluso en un análisis que se le hace al paciente en un hospital, se puede dar un falso positivo para dengue cuando en realidad, se trata, por ejemplo, de un caso de zika. Esto se sale incluso de las manos de los médicos, pues se debe a manifestaciones del virus. Lo primero y más importante es saber que las tres enfermedades presentan fiebre, dolores musculares y ronchas.
Sin embargo cuando estamos ante un cuadro de zika, la fiebre es mucho menos intensa, y llega a los 37,5 ° como máximo.
En las personas que están padeciendo dengue o chikunguña, el panorama es distinto, pues la fiebre es muy elevada, llegando a más de 42 °.
Atención con esto: en un alto porcentaje de casos, los cuadros de zika son asintomáticos. Es decir, podés estar teniendo el virus y no percatarte hasta mucho después. Esto no pasa cuando hablamos de chikunguña y dengue, donde sí se presentan numerosos síntomas, que ya te citaremos en la infografía de más abajo.
La roncha es otro aspecto al que se debe prestar mucha atención si se desea aprender a diferenciar las tres enfermedades. Ya hablamos bastante anteriormente de las características manchas rojizas que causan comezón y aparecen en las personas que tienen dengue. Ahora, la clave está en que, si estamos ante un cuadro de dengue, las ronchas aparecen recién después de concluir la fiebre, mientras que cuando nos enfrentamos a la fiebre chikunguña o al virus del Zika, las ronchas aparecen ya al iniciar el cuadro febril.
La conjuntivitis es otra de las claves. Solo se da en las personas que están contagiadas con el virus del zika. Es casi imposible que se vea este síntoma en pacientes infectados con chinkunguña y dengue. De las tres infecciones, la más grave sigue siendo el dengue, y esto se debe principalmente a que el riesgo de mortalidad en este virus depende exclusivamente del organismo de cada paciente. Es decir, los cuadros son muy relativos y todo puede pasar.
Zika
En cuanto a la forma de tratar estos virus, para el zika no existe una vacuna. Por el momento, y mientras se descubren más avances, los médicos están tratando el cuadro con acetaminofén o paracetamol. Otra opción para fortalecer el organismo durante este virus es el consumo de ácido fólico y la ingesta de abundantes líquidos, así como el reposo absoluto del paciente.
Dengue
Normalmente se recurre a prescribir al paciente parecetamol o antiinflamatorios no esteroideos. El ácido acetil salicílico está contraindicado para pacientes con dengue, y el mejor remedio mientras pasa el periodo de incubación del virus es la abundante hidratación.
Chikunguña
Además de los mismos analgésicos que se administran para el cuadro de dengue, para casos de este virus los médicos suelen prescribir protectores gástricos, pues la persona suele sufrir malestares estomacales. El ácido acetil salicílico también está contraindicado y la hidratación es la clave para la recuperación.