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Actualmente, tenemos un total de 3.414 casos confirmados de dengue en lo que va del año; el 95% de esa cifra se registró en los primeros seis meses de este 2018, cuando varias localidades se declararon en alerta ante el temor de la propagación y la falta de conciencia para eliminar criaderos de mosquitos.
A partir de julio se registró un gran descenso de notificaciones por casos confirmados de dengue en todo el país. El 30 de junio, tuvimos 3.395 casos y, a partir de esa fecha, se confirmaron solo 19 más, de entre los cuales apenas dos se registraron desde los primeros días de setiembre hasta el 14 de octubre, y ninguno más desde esa fecha hasta hoy.
La última confirmación de un paciente con dengue en lo que va del año fue en Encarnación, departamento de Itapúa. Unas 15 personas fallecieron este año a raíz de esta enfermedad, todas a principios del año, de acuerdo a los registros del boletín epidemiológico de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio.
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Sin embargo, cabe destacar que Vigilancia de la Salud informó recientemente que el número de casos sospechosos ronda los 230 por semana. Los mismos son reportados mayoritariamente desde centros hospitalarios de Asunción y Central, específicamente Mariano Roque Alonso, Fernando de la Mora, Lambaré y Villa Elisa.
A raíz de ello, el Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa), está realizando aproximadamente 30 fumigaciones por semana, afirman. Según los datos de dicha dependencia, el 80% de los criaderos están en las viviendas y el índice de infestación larvaria se concentra en Asunción y Central.
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El Dr. Guillermo Sequera, director de Vigilancia de la Salud, explicó que se manejan varias hipótesis respecto al motivo de este gran descenso de casos de dengue que se registran a nivel regional, ya que no solo se da en nuestro país. Pero lo realmente cierto es que no hay disminución de mosquitos y mucho menos de criaderos.
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Comentó que la primera hipótesis es que la población está generando cierta inmunidad ante esta enfermedad. “O no hay (casos de dengue) o los que hay no son graves o poco asintomáticos, la gente consulta menos”, agregó al respecto. Además, la larga duración e intensidad del invierno de este año pudo haber afectado la circulación de la enfermedad.
Por otra parte, se habla también de que tal vez la epidemia habitual que se registra a partir de la quincena de diciembre, podría retrasarse e iniciar en enero o febrero. El Dr. Sequera comentó que durante esa temporada se suelen registrar hasta 3.000 notificaciones por semana.
Asimismo, destacó que están circulando otros virus también como zika y chikunguña. “No sabemos cómo eso afecta toda la dinámica epidemiológica a nivel poblacional. Estamos aprendiendo. La verdad es que todos los del Ministerio de Salud y los investigadores están aprendiendo de todo este fenómeno, con la introducción de los otros arbovirus”, manifestó en contacto con ABC Digital.
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