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Valenzuela recordó en la misa a los damnificados e inmediatamente desafío a los presentes a visitarlos. “Que les parece si al término de la misa visitamos a los hermanos de la plaza”, y muy pocos dijeron sí, por lo que pidió que les acompañe todos los que dijeron si.
Una vez que impartió la bendición final, inmediamente salió de la Catedral y se dirigió hacia donde estaban los damnificados. Les pasó la mano y les preguntó como estaban pasando. A medida que recorría la gente lo recibía y le ofrecía una media mañana con empanadas, mientras otros le pedían compartir un sorbo de tereré.
Así el obispo, acompañado por los obispos emérito Ignacio Gogorza, Mario Melanio Medina, numerosos fieles y muchos sacerdotes recorrieron los pasillos saludando y escuchando a los afecatados.
“Viven en la inmundicia, los niños pisan el agua servida. Todo eso es indigno para nuestro país. Las autoridades deberían pensar en refugios más dignos, en lugares amplios de los cuarteles donde a través de la Secretaría de Emergencia Nacional se puedan tener galpones adecuados”, expuso Valenzuela.
Pidió además a la ciudadanía en general acercarse a los refugios para compartir parte de sus alimentos con los que más necesitan en esta Semana Santa.
Durante la misa se informó también que la Pastoral Social Arquidiocesana está realizando una campaña de colecta de abrigos, colchones y alimentos porque según dijeron se avecina un crudo invierno y necesitarán de ayuda.