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Richard era tenido en una jaula debido a que sus padres, de escasos recursos, no encontraban otra manera de evitar que el muchacho corra peligro, pues no habla, tiene retardo mental, no camina. El joven, según sus padres, gateando solía desplazarse a sectores peligrosos.
Egidio Jara, fiscal de Santa Rosa Misiones, había ordenado a los padres que lo saquen de la jaula, tras una denuncia anónima de vecinos, quienes alertaron sobre las condiciones en que vivía el joven, con capacidades diferentes.
Antonio Valdez, padre de Richard, explicó que la jaula era el único lugar donde podía estar seguro, por la imposibilidad de dedicar la totalidad del tiempo a cuidarlo por los quehaceres diarios.
El fiscal Jara señaló que desde el aspecto humanitario, ninguna persona puede vivir en una jaula, sin embargo reconoció los recursos insuficientes de la familia para ofrecerle la atención adecuada.
“Cuando llegaron a su casa, el joven estaba en la jaula, pero estaba bien alimentado, aseado y con ropa limpia. Pedimos que lo liberen, que se le consiga una silla de ruedas acorde a sus necesidades”, precisó.
El médico forense, Dr. Félix Fornerón, lo examinó y luego explicó que el joven era bien alimentado, pero recomendó que sea tratado por un neurólogo.
Tras hacerse público el caso, la Fundación Paraguaya llegó hasta el lugar y donó una silla de ruedas al joven, que a partir de ahora tendrá una vida más digna, según señaló su padre, Antonio Valdez.