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El sacerdote aclaró primeramente no tener la potestad de exigir la renuncia; no obstante, asegura que si realmente hay una intención real de sanear la Universidad Nacional de Asunción “todos tienen que irse”, sostuvo Gibaud en contacto con Radio Canal 100. Para Gibaud resulta llamativo que las autoridades universitarias, consideradas inteligentes y racionales, hayan ignorado lo que sucedía en la UNA. Reiteró que no le corresponde la función de juez, por lo tanto la salida de los decanos obedece puramente a su conciencia.
Consultado sobre los cuestionamientos a su designación como interventor por no pertenecer a la UNA, el religioso señaló que por lógica debe nombrarse a una persona independiente para indagar casos de corrupción, ya sea en un ente público o privado. “Si en la UNA ningún miembro se levantó, excepto estudiantes, no parece que tengan autoridad para nombrar un interventor; si ocurría lo contrario, corríamos peligro de que los mismos implicados en la corrupción se metan a investigar”, insistió.
La intervención como tal se iniciará una vez que las autoridades de la Universidad Nacional ejerzan su descargo y presenten argumentos válidos para detener el procedimiento. La UNA tiene tiempo hasta el jueves para responder y si el Consejo Nacional de Educación Superior considera válido los argumentos tiene la potestad de posponer o anular. En caso de desestimar los argumentos, la intervención se iniciará este jueves en horas de la tarde.