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Caminos intransitables, comunidades anegadas y pérdida de cultivos de miles de familias fue el saldo de la crecida que afectó gran parte del territorio del doceavo departamento en 2014. Esta situación motivó que en junio de ese año el Congreso declarara en estado de emergencia a Ñeembucú.
A exactamente un año, el departamento ya empieza a sentir las primeras consecuencias de la crecida del río Paraguay y las autoridades, tanto municipales como departamentales, “se cruzan los dedos” para que el río Paraná no tenga el mismo comportamiento, explicó a ABC Color el gobernador de Ñeembucú, Carlos Silva (PLRA).
El jefe departamental manifestó que actualmente están bajo alerta amarilla por el nivel del río Paraguay, cuyo pico se alcanzaría a finales de julio. Comentó que una de las localidades que ya sufre los efectos de la crecida es Alberdi, donde el río está a poco más de 7,20 metros de altura. “Se tiene previsto que en julio suba el río un metro más, y eso sería caótico”, subrayó.
Silva lamentó que, pese a no superarse del todo aún las consecuencias de las crecidas del año pasado, hoy nuevamente estén frente al mismo problema. Contó que todo depende ahora del río Paraná, que hasta el momento no se desbordó. “Ojalá no se cumplan las previsiones, pero a eso tiende”, puntualizó el gobernador. En otro momento, dijo que actualmente casi 10.000 personas son las afectadas por el nivel del río Paraguay, en comunidades ubicadas en Alberdi, Villa Franja y Villa Oliva.
“El año pasado tuvimos afectadas unas 50.000 personas, que perdieron sus chacras o de alguna o otra forma fueron perjudicadas por las crecidas, y 3.000 de ellas tuvieron que ser evacuadas. Actualmente hay casi 10.000 los afectados por las aguas y 300 ya fueron evacuados”, relató el jefe departamental. Dijo que se están preparando “para lo peor” mediante planificaciones con varias instituciones del Estado, especialmente la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), para la provisión de maderas, chapas, colchones, víveres y ropas.
Resaltó finalmente que espera no tener los mismos problemas con los intendentes colorados del departamento, con quienes se registraron varios roces. “Estamos en un periodo político por las elecciones, así que no nos libraremos”, puntualizó Silva.