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Las células madre son toda una promesa dentro de la medicina. Se cree que con ellas podrían tratarse enfermedades crónicas graves y sin cura hasta el momento; sin embargo, los investigadores todavía están experimentando con estas células, también llamadas troncales.
En Brasil, un equipo de científicos trabaja con voluntarios que se someten a tratamientos experimentales para descubrir cómo funcionan estas células. Esos tratamientos son limitados para pocas personas y son además gratuitos, según un reportaje del programa Fantástico emitido por Globo. El equipo de ese programa descubrió que un médico brasileño llamado Décio Basso, quien solía ejercer en Maringá, estado de Paraná, Brasil, y a quien le quitaron la licencia por faltas éticas graves, atiende desde 2011 en un lujoso consultorio ubicado dentro del Paraná Country Club en Ciudad del Este.
Basso fue condenado a 22 años de prisión en el Brasil por el secuestro de la hija del doctor Kemel Jorge Chammas como venganza porque éste encabezó la investigación de sus faltas en el Consejo Regional de Medicina de Paraná. Basso salió en libertad condicional en 2008 y en 2011 comenzó a ejercer la medicina en Ciudad del Este, Paraguay, aunque su “clínica” está dirigida principalmente a brasileños, que pagan fortunas por los tratamientos con células madre que supuestamente él les brinda. La gente, ante enfermedades graves como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), cáncer, alzheimer y otras acuden al doctor Basso.
La producción del programa hizo una cita con el médico y presentó los papeles de una persona realmente enferma de ELA para pedir una evaluación del médico y un presupuesto. Al salir de la consulta, el costo aproximado que les indicó la secretaria del doctor fue de US$ 27.000.
“Lo que estas clínicas hacen a las familias de los pacientes es algo cobarde, cruel. Lo que nos preocupa es que la gente se endeuda, presta dinero, vende el auto para pagar por un engaño”, dijo la doctora Lygia Da Veiga Pereira, profesora titular de la cátedra de Genética en la Universidad de Sao Paulo.
La actriz brasileña Inés Galvao, viuda del exjugador de fútbol Luís Carlos Tóffoli más conocido como “O Gaúcho”, acusa al doctor de la muerte de su marido. “Fue él quien mató a mi marido y digo que fue él quien mató a mi marido, lo digo con toda la fuerza de mi corazón que si Gaúcho no se hubiera sometido a ese tratamiento, él estaría vivo”, dijo la actriz. Tóffoli había sido diagnosticado con cáncer de próstata en 2008 y seguía un tratamiento convencional cuando en 2013 se enteró del tratamiento con las células madre.
Basso ofrecía 100% de chances de cura y le ordenó al paciente abandonar el tratamiento convencional para internarse tres meses en su clínica. Así lo hizo el exjugador de Flamengo y a los tres meses fue dado de alta, supuestamente curado del cáncer, pero, unos meses después, nuevos análisis revelaron que el cáncer seguía allí y que para entonces se había expandido por todo el cuerpo. El deportista luchó hasta marzo pasado, cuando finalmente murió.
El Ministerio de Salud Pública contestó a la producción del programa que la clínica de Basso funciona sin habilitación y que el registro profesional del médico vencerá el próximo 5 de diciembre pero no se le renovará el documento, hasta que finalice una investigación abierta en torno al caso.
El programa además investigó si Basso realmente cursó estudios en Harvard, ya que usa un chaleco con la insignia de esa universidad y en su resumen en línea también asegura haber estudiado en Columbia y en la Est de Francia. Todas las universidades respondieron que este no tiene ningún título de esas casas de estudio. Basso sí se inscribió a dos cursos cortos en la Universidad de Harvard, pero no concluyó el programa, indica el reportaje.
El médico se negó a conversar con el programa brasileño. ABC Color también intentó comunicarse con el médico, pero la secretaria de la clínica señaló que en el transcurso de la semana el doctor Basso dará una conferencia de prensa para todos los medios interesados. Se negó a brindar una entrevista telefónica sobre el tema.